Estos incentivos son cinco veces más elevados que los de las renovablesLa Agencia Internacional de la Energía cree necesario eliminar los subsidios a las energías fósiles para conseguir avanzar en la lucha contra el cambio climático sin afectar a la sostenibilidad económica y la competitividad. Así lo constata en su análisis World Energy Outlook 2013, que presenta las previsiones para todas las fuentes de energía de todas las regiones hasta 2035 y donde apuesta por un mayor despliegue de las renovables. En concreto, este organismo pide "derribar las diversas barreras que obstaculizan la inversión en eficiencia energética, lo que incluye eliminar progresivamente las subvenciones a los combustibles fósiles, que se estima aumentaron hasta los 544.000 millones de dólares (403.760 millones de euros) en todo el mundo en 2012". Cabe destacar que las primas a las energías renovables alcanzaron los 100.000 millones de dólares (74.220 millones de euros), lo que supone una quinta parte que los incentivos a las fósiles. En este sentido, el documento abunda en que las energías renovables representan casi el 50 por ciento del incremento de la generación eléctrica mundial hasta el 2035. Estas tecnologías también sumarán el 30 por ciento en el mix eléctrico mundial, adelantando al gas natural en los próximos años y alcanzando prácticamente al carbón como primera fuente para la producción de electricidad en 2035. La Agencia advierte de la conveniencia de no perder de vista el diseño de las subvenciones que perciben las energías verdes, ya que sumarán 220.000 millones de dólares (163.250 millones de euros) en 2035. Otras de las medidas que propone la Agencia para avanzar en la lucha contra el cambio climático son mejorar la eficiencia energética, limitar la construcción y uso de las centrales de carbón menos eficientes y minimizar las emisiones de metano derivadas de la exploración-producción de petróleo y gas. Este organismo recuerda que un amplio despliegue de la tecnología de captura y almacenamiento de carbono puede ser una forma de acelerar la reducción prevista de la intensidad de las emisiones de CO2 del sector eléctrico. En opinión de la Agencia, sólo un 1 por ciento de las centrales eléctricas alimentadas con combustibles fósiles estarán equipadas con dicha tecnología. El documento también incide en que el carbón sigue siendo la opción más barata que el gas para generar electricidad en numerosas regiones, pero las políticas destinadas a mejorar la eficiencia, atajar la contaminación local del aire y mitigar el cambio climático serán "decisivas para determinar sus prospectivas a largo plazo". Por último, considera que la flexibilidad del gas natural en comparación con otros combustibles fósiles lo sitúan en posición de prosperar a largo plazo.