La gasista insiste en que "nunca presentó propuesta en firme y está fuera de plazo"Navantia ha encontrado un aliado contundente en su intento desesperado por entrar en la puja del proceso de elección de los cuatro buques de Gas Natural. Aunque los dos armadores elegidos, Knutsen y Elcano, aseguraron el pasado jueves a este periódico que el proceso está cerrado y ya hay firmado un contrato con los astilleros de Corea y Japón, el Ministerio de Industria ha decidido presionar a la energética con una amplia carta dirigida a su presidente, Salvador Gabarró, en la que le pide que se reúna con Navantia para que escuche sus argumentos, según confirman a elEconomista fuentes solventes conocedoras del contenido de la misiva. Paralelamente, la empresa presidida por José Manuel Revuelta insistía ayer en que el pedido de gaseros "debe quedarse en España". El grupo público que nació tras la segregación del negocio militar de Izar explica que ha hecho un gran esfuerzo "para elaborar una oferta plenamente competitiva en precio, plazos y tecnología para la construcción, que dé plena satisfacción a armadores y fletadores". El contrato está cerrado Pese a ello, fuentes oficiales de Gas Natural insisten en que "el contrato con los armadores está cerrado y no puede haber marcha atrás". Tanto Elcano como Knutsen han explicado a este periódico detalladamente que Navantia nunca presentó una oferta en firme y que, ahora mismo, está fuera de plazo. Ante las críticas vertidas por los armadores de que Navantia no tiene tecnología para construir los actuales buques, el astillero público responde denunciando que "el astillero japonés nunca ha construido LNGs (buques que transportan gas) de las características requeridas" y se estrenaría con este proyecto. Esta empresa, Imabari, ha sido la designada por Elcano para construir dos barcos. Los otros dos los ha negociado el armador Knutsen con el astillero coreano Hyundai, que sí que tiene amplia experiencia en la fabricación de gaseros de tercera generación. Navantia asegura que su equipo son las mismas personas que culminaron la entrega de seis buques LNGs entre 2003 y 2007 las que están liderando el actual proyecto, donde destacaría en el caso de adjudicárselo la participación de los astilleros del grupo en Puerto Real y Ferrol y de Sestao, compañía que no pasó a formar parte de Navantia tras la reorganización del negocio de Izar obligada por Bruselas. El grupo recuerda que en los últimos diez años ha construido barcos para los dos armadores. En el caso de Knutsen, fabricó el Cádiz (2004), Bilbao (2004) y Sestao (2004). Para Elcano, entregó en 2003 el Castillo de Villalba. Navantia añade que si no se logra este contrato se mandaría un mensaje "tremendamente negativo al mercado, ya que se trata de una demanda de buques por parte de un armador español (Knutsen y Elcano) y trabajando con un operador español (Gas Natural)". La industria naval española se juega mucho con el contrato porque se estima que hasta el año 2020 el mercado mundial de buques LNGs (que transportan gas casi congelado) será de 80.000 millones de dólares (60.000 millones de euros). Por su parte, el sindicato CCOO pidió ayer explicaciones y criticó la "desidia" del Gobierno tras la pérdida del contrato. Así, "se sorprende de la desidia de la Administración, que no ha movido un dedo para que sean los astilleros públicos españoles, que llevan meses demandando carga de trabajo, los adjudicatarios de la fabricación".