Los partes con siniestros falsos ascendieron a 1.002 millones en 2012Declarar lesiones previas a un accidente con el automóvil, exagerar las sufridas con la colisión o incluir daños previos del vehículo son algunas de las tácticas comunes para sacar tajada al seguro. Con la crisis, la picaresca se multiplica. El año pasado se detectaron 19.316 partes fraudulentos, frente a los 9.632 de 2009 y su frecuencia crece. "Ha aumentado un 72 por ciento solamente en el último año", señala el Barómetro sobre fraude elaborado por Línea Directa Aseguradora en base a 2.400 encuestas a conductores. Los partes falsos e inflados representan el 4 por ciento de los siniestros declarados el pasado año, con un coste total de 1.002 millones de euros. Esta cantidad ha crecido un 28,5 por ciento en apenas dos años y equivale a multiplicar por tres veces todas las ayudas arbitradas por el Gobierno para vender vehículos con los cuatro planes PIVE. La problemática de estafar al seguro es que el quebranto acaba perjudicando al conductor ético y hay tan poca coinciencia que despierta, incluso, simpatía hacia el timador. Los conductores españoles pagan un 16 por ciento de más por culpa del fraude -las compañías repercuten en los precios todos los costes-. Es decir, 38 de los 230 euros de prima media es sobrecargo por siniestros falsos, cifra que además crece un 52 por ciento en dos años. El importe medio estafado al seguro ronda los 885 euros. Según el estudio, tres millones de conductores reconoce haber dado partes amañados y nueve millones no lo consideran una práctica grave. Hoy día, tres de cada cuatro fraudes en todo el sector asegurador se producen en automóviles. Y el timador más frecuente son los jóvenes, menores de 16 años, y las pymes, dos de los colectivos más perjudicados por la crisis. Pero lo que más preocupa a las compañías son las mafias organizadas por el elevado coste y peligrosidad de sus golpes y porque implica la connivencia de talleres, peritos e, incluso, médicos para asegurar el éxito del fraude.