El número uno de IAG coloca a toda su gente de confianza al frente de las filialesLos dos primeros ejecutivos de Iberia que llevaron a cabo su fusión con British Airways y que pusieron en marcha el complicado plan de transformación de la aerolínea que les enfrentó a los ministerios de Industria y Fomento, ya no están al frente de ella. Si el pasado mes de marzo, Rafael Sánchez-Lozano, el antiguo consejero delegado, abandonó la compañía, Antonio Vázquez dejará de ser su presidente tras más de cuatro años al frente. Vázquez abandonará la gestión diaria de Iberia y se centrará en IAG -el holding nacido tras la fusión-, donde es presidente no ejecutivo desde su creación. Paralelamente, Willie Walsh, consejero delegado de IAG, ha dado plenos poderes a Luis Gallego para que asuma a la vez la presidencia y su actual puesto de consejero delegado. Algo que ya hace Álex Cruz en Vueling desde que en agosto Josep Piqué dejara la presidencia de la aerolínea de bajo coste con sede en El Prat. El lavado de cara de las filiales de IAG se completa con la marcha de Sir Martin Brougthon como presidente no ejecutivo de British Airways (continuará como vicepresidente de IAG), cargo que también asumirá el actual presidente de la aerolínea británica: Keith Williams. Cruz, Gallego y Broughton son gente de total confianza de Willie Walsh. En el caso de los dos primeros han ganado poder gracias al apoyo del consejero delegado de IAG. Por su parte, Broughton ya era estrecho colaborador de Walsh y algunos le consideran el verdadero cerebro de la fusión. Fuentes de Iberia aseguran que los cambios anunciados ayer son los relevos lógicos tras tres años de fusión y dotan a la compañía de una mayor flexibilidad, además de evitar duplicidades en los cargos, ya que no es normal que el presidente de una empresa cotizada, como es el caso de IAG, sea también presidente de sus filiales. En esta línea argumental se justifica que tanto Luis Gallego como Keith Williams abandonen su puesto en el consejo de administración de IAG para poder centrarse de lleno en el trabajo de sus respectivas aerolíneas. Así el consejo de administración se quedará con 12 miembros (ver gráfico). Sin embargo, hay quien interpreta este movimiento como una retirada de Antonio Vázquez del día a día de Iberia para, posteriormente, abandonar el grupo. De hecho, en menos de tres años, Willie Walsh ha relevado a media docena de puestos clave en Iberia para colocar a ejecutivos cercanos y de total confianza para el consejero delegado del holding. Reelección en 2015 En teoría, Vázquez tiene asegurado su puesto como presidente de IAG hasta 2015. En esa fecha, los acuerdos de fusión recogen que el actual presidente del holding debe presentarse a la reelección en la Junta General Ordinaria y el órgano de decisión de la compañía tiene que votar a su favor para que continúe en el cargo. Aunque desde Iberia se asegura que continuará -siempre que el consejo le dé el respaldo-, otras fuentes cercanas al proceso explican a este periódico que será el momento en el que Antonio Vázquez aproveche la reelección para abandonar la empresa. Misma indemnización Pese a que Antonio Vázquez dejará de ser presidente de Iberia desde el próximo 1 de enero de 2014 (fecha en la que entran en vigor todos los cambios anunciados ayer) este cambio que supone menos responsabilidad en el grupo no afectará ni a su sueldo actual ni a la indemnización que tiene pactada con la compañía, según señalan fuentes de la aerolínea con sede en Barajas. Así, Vázquez recibirá 2,8 millones de euros (aproximadamente cuatro veces su retribución fija antes de la fusión, cuando era presidente ejecutivo de Iberia) en el momento que abandone IAG "por cualquier causa", según recoge textualmente el documento de fusión. IAG, que hoy presenta los resultados del tercer trimestre, también anunció ayer un cambio de su sede social. Tras su marcha de la madrileña calle de Velázquez, el domicilio se fijará en El Caserío, cerca de La Muñoza, dentro del aeropuerto de Barajas.