Los ministros de Infraestructuras y de Economía alegan que no cumple los compromisos previstosEl principal obstáculo es la presencia de ACS en el accionariado, porque se trata de un constructormadrid/roma. Ayer, a las 20.30 de la noche, una noticia hizo temblar los pilares de Abertis: el Gobierno italiano ha prácticamente vetado su fusión con Autostrade. En un comunicado oficial, el regulador de las autopistas (Anas) anunció que la operación "no es compatible ni coherente con la finalidad de la concesión, ni con las cláusulas impuestas en el proceso de privatización, ni con los compromisos jurídicos asumidos por Autostrade per L'Italia y por su socio único Autostrade".Estos tres obstáculos, suscritos por el ministro de Economía, Tommaso Padoa-Schioppa, y el de Infraestructuras, Antonio di Pietro, llevaron al presidente de Anas a concluir que la fusión "no está conforme con los compromisos previstos entre Anas y Autostrade".Tanto la compañía catalana como la italiana rechazaron hacer ningún comentario, alegando que todavía deben recibir el comunicado oficial y analizarlo. No obstante, se mantienen firmes en su propósito de intentar seguir adelante en la operación. Para ello, están dispuestas a seguir negociando en todos los frentes posibles. Un espíritu que podría llevarles hasta Europa. De hecho, antiguos pesos pesados de Bruselas, como el ex comisario de Competencia Mario Monti, han pedido a Italia que no haya nacionalismos. Estas palabras fueron un auténtico un jarro de agua fría para Romano Prodi, actual presidente del Gobierno transalpino y ex presidente de la Comisión Europea.ACS es el problemaEl principal punto de conflicto es la presencia de ACS en el capital de la compañía. El grupo presidido por Florentino Pérez controla el 24% de la actual Abertis, y ostentaría el 11% del grupo fusionado con Autostrade. Sin embargo, cuando la concesionaria italiana fue privatizada se suscribió una norma prohibiendo la presencia de un constructor en el accionariado del grupo. La presencia de ACS, por tanto, se opone a las normas italianas, según la interpretación del Gobierno.Pero esta noticia no es una novedad para Abertis. La compañía siempre ha sido consciente de la oposición del Ejecutivo a la presencia de constructores y nunca ha dado su brazo a torcer. De hecho, el pasado 30 de junio, durante la junta extraordinaria que celebró para aprobar la fusión, Isidro Fainé, presidente de Abertis, dejó claro que no cedería en este punto.Del mismo modo, dijo que tampoco era negociable la composición del consejo del nuevo grupo, donde los españoles ocuparían un puesto más. Aunque cada compañía contaría con nueve consejeros, Abertis tendría la última palabra gracias al sillón que ocuparía Salvador Alemany, consejero delegado de la concesionaria catalana, que también ostentaría este cargo en el futuro gigante.El motivo que alega el Gobierno italiano para vetar la presencia de constructores en el accionariado de Autostrade es que un crea conflicto de intereses. No obstante, ha aprobado concesiones donde también hay un constructor. Un ejemplo es la autopista Cremona-Mantova, adjudicada a Cintra, filial de la constructora Ferrovial.La fusión de Abertis con Autostrade crearía un gigante mundial valorado en más de 25.000 millones, con unos fondos propios de 16.000 millones, presencia en 16 países, 20.000 empleados y unos ingresos de 6.105 millones.Las autoridades italianas han basado parte de su negativa en un informe jurídico presentado hace menos de un mes por Di Pietro, principal opositor a la fusión. En este documento, Di Pietro anunciaba su deseo de crear una nueva normativa marco, más estricta, para las concesionarias de autopistas. El motivo que alegó para este cambio fue que los contratos actuales son demasiado favorables para la compañías.Ahora, el ex juez del caso Manos Limpias quiere un convenio especial para cada concesionaria, que deberá ser aprobado por un grupo de trabajo donde estén presentes las empresas, el ministerio, las asociaciones de consumidores, los usuarios de autopistas y los contribuyentes, que "no han sido escuchados en el pasado", señaló. Añadió que "este procedimiento debería valer, obviamente, también para Autostrade si quiere llevar a término su proyecto de fusión".