Fernández de Sousa asegura en la Audiencia Nacional que el auditor, BDO, estaba al tanto de todoEl expresidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, ha encontrado ya alguien a quien echar la culpa de lo ocurrido en la compañía. Al igual que hicieran en su día los Ruiz-Mateos tras estallar el fraude masivo en Nueva Rumasa, Fernández de Sousa dijo ayer ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz que la culpa es de la banca. Tras negar que hubiera falseado las cuentas de la compañía para incrementar la concesión de créditos, el empresario gallego responsabilizó a las entidades financieras de "consentir y fomentar" un sistema irregular a través del factoring. Según han explicado a elEconomista fuentes jurídicas presentes en la declaración, a los bancos les convenía trabajar con este sistema, por el que una entidad adelanta el dinero que la empresa prevé cobrar a corto plazo mediante la presentación de facturas proforma, debido a que los intereses cobrados son mucho más elevados que aquellos aparejados a los préstamos a medio o largo plazo. "Ganaban mucho dinero con nosotros", aseguró Fernández de Sousa, que dimitió de su cargo el pasado mes de julio dejando a la empresa con una deuda de 3.644 millones de euros -había declarado a la CNMV tan sólo 1.500 millones- y un agujero patrimonial de otros 1.500 millones, lo que pone en serio peligro su viabilidad. El auditor, al tanto Pero el dedo acusador del expresidente de Pescanova no se dirigió sólo contra la banca, sino también contra BDO, la firma que se encargó de supervisar los estados financieros de la empresa y que se negó a firmar las cuentas del último ejercicio tras detectar la deuda oculta. "Estaban al corriente de todo", aseguró Fernández de Sousa. BDO seguirá, no obstante, auditando de momento las cuentas de la compañía, ya que el juzgado de lo mercantil de Pontevedra, que gestiona el concurso de acreedores, rechazó su revocación. En una extensa declaración, con respuestas interminables - "nos ha ganado por aburrimiento", aseguró Joaquín Yvancos, que representa a los minoritarios-, Sousa acabó hablando de la evolución del precio del salmón o del rodaballo, para evitar dar respuestas concretas tanto al fiscal como a los abogados de la acusación. Es lo que hizo, por ejemplo, cuando se le preguntó por qué ocultó al consejo de administración y a la CNMV la venta entre los pasados días 7 y el 27 de febrero, justo antes de presentar el preconcurso, 1,6 millones de acciones a un precio medio de 16,26 euros, lo que le supuso un ingreso de 27,45 millones de euros y con lo que evitó una pérdida 15,6 millones euros. El imputado, ante las preguntas del fiscal Anticorrupción Juan Pavía, negó que la venta de acciones se debiese a una estrategia para deshacerse de sus activos antes de la quiebra y ha asegurado que no se ha tenido en cuenta las participaciones que compró en ese periodo. Ha dicho en este sentido que compró sus acciones a crédito y a un precio muy alto y que decidió venderlas a partir de enero de 2012, un mes antes de reconocer el agujero de Pescanova, para poder hacer frente a las obligaciones de pago de la empresa y a deudas personales. Fernández de Sousa ha defendido, además, que la subida del precio de muchos pescados y mariscos han permitido que la compañía, actualmente suspendida de cotización, se haya revalorizado. Subida de la cotización "Los accionistas ahora ganarían dinero", ha indicado en un momento de su declaración, según han precisado las fuentes consultadas. "Esto subirá y volverá a cotizar", ha indicado. Ruz tomará declaración hoy al exconsejero delegado Alfonso Paz Andrade y al exconsejero José Antonio Pérez-Nievas, que estaba en el máximo órgano ejecutivo en representación de Iberfomento. Mañana tendrán que declarar, también como imputados, el hermano del expresidente, Fernando Fernández de Sousa, el que fuera presidente del comité de auditoría de la compañía, Robert Albert Williams, y varios directivos del grupo.