E n las últimas décadas, la educación superior ha experimentado un considerable auge en América Latina. El despegue económico de la región -si se considera como tal todos los países al sur de Estados Unidos, representa el 8,7 por ciento del PIB mundial- se ha acompañado de un aumento en la inversión en educación. Tras el boom de las materias primas de los años 2000, la importancia del capital humano se ha hecho más evidente en el desempeño económico: el "crecimiento fácil" ya se ha logrado; ahora viene la parte difícil. La formación universitaria es clave para incrementar la productividad en sectores como servicios, así como para aumentar la base exportadora. De ahí los esfuerzos por expandir el número de graduados universitarios y la competencia entre países por innovación a través del I+D. Las mejores universidades se han hecho más atractivas: en 2012, más de 3,5 millones de estudiantes cursaban estudios fuera, y los 100 mejores centros vieron aumentar un 10 por ciento su cuota. Un largo camino Según el último informe del Iesalc (Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe), entre 1994 y 2003, la matrícula aumentó un 83 por ciento, con lo que se superó el techo de 15 millones de estudiantes latinoamericanos de educación superior en el año 2005. El 60 por ciento de esos alumnos matriculados se concentraba en Brasil, México y Argentina. La tasa de incremento anual de la matrícula desde 1990 ha sido del 6 por ciento, con clara prevalencia de la universidad privada (un 8 por ciento, por el 2,5 por ciento en la pública), según las cifras de Iesalc. El número de instituciones universitarias pasó de 75 en 1950 a más de 1.500 actualmente, que en su mayoría son privadas. La Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericana e Interamericana (Ricyt) también recoge esta tendencia: el número de licenciados en carreras de grado en los países de Iberoamérica era en 2009 un 82 por ciento superior a la cifra correspondiente a 2000, si bien el grueso de esa alza ha ido a estudios de ciencias sociales y humanidades. El número de publicaciones de investigadores iberoamericanos se ha duplicado en los últimos años, según la Ricyt. Retos que son oportunidades Hasta ahí la cantidad. El asunto de la calidad ha estado presente en la agenda regional de la educación desde la década de los 90. Pese al considerable aumento del gasto en educación de los Gobiernos latinoamericanos, los estudiantes tienen aún un rendimiento bajo en las pruebas internacionales tipo PISA, como se señala en el informe Cantidad sin calidad de Preal (Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe). Iesalc apunta algunos problemas comunes, como la desigualdad en el acceso, la falta de criterios claros para evaluar la calidad de la enseñanza en las instituciones privadas o la poca atención al diseño curricular. Sin embargo, hay razones para el optimismo. Las clasificaciones internaciones -con sus deficiencias- han registrado un ligero avance de las universidades latinoamericanas. En su informe regional de 2012, la consultora educativa Quacquarelli Symonds (QS) se hace eco del crecimiento de la investigación científica, la masificación en la demanda de educación superior, el aumento de la movilidad estudiantil y el auge de las instituciones privadas como pruebas del progreso general. Y el particular éxito de las universidades brasileñas ofrece provechosas lecciones para sus homólogas regionales e internacionales -algunas, como el fácil acceso a financiación o el gasto en I+D, son difíciles de replicar-. De las 250 mejores instituciones evaluadas por QS en América Latina en 2012, 65 eran brasileñas -46 de México, 34 de Colombia, 30 de Chile y 26 de Argentina-. La Universidad de São Paulo ocupa el primer puesto en el ranking de QS y es la mejor situada en el afamado índice de la Times Higher Education. La publicación británica alaba su pujanza investigativa, su generosa financiación y su disposición a colaborar con otras universidades internacionales. Escuelas de negocio La misma preocupación por el valor añadido en economía subyace en el ámbito de las escuelas de negocios. En este apartado, el vínculo entre empresa y formación es más estrecho, a la luz de la repercusión que un programa MBA (master in business administration) suele tener en el salario. Como indica Financial Times, los estudiantes de los mejores programas pueden multiplicar por 1,5 su sueldo en tres años -aunque en los 90 el aumento en el salario previsto para el mismo periodo era del triple-. En el terreno de los MBA y los EMBA (sus variantes ejecutivas), el predominio estadounidense es todavía apabullante: en la clasificación del FT Global MBA de 2013, 51 de las 100 mejores escuelas pertenecen a Estados Unidos -Harvard y Stanford a la cabeza-, y la presencia de América Central y del Sur se limita a una escuela brasileña y otra costarricense. Los siguientes son algunos ejemplos de las universidades y escuelas de negocios latinoamericanas más destacadas. Universidad de São Paulo En casi todas las clasificaciones, la USP, pública, suele rondar el primer puesto. Es la universidad más antigua de Brasil, y su énfasis en la investigación -sobre todo en medicina tropical- ha contribuido notablemente a su prestigio en la región. De hecho, fue la única institución latinoamericana que logró figurar en el renombrado ranking de la revista Times Higher Education (www.usp.br). Univ. Nac. Autónoma de México Esta institución pública centenaria tiene presencia en 21 de las 32 entidades federativas de México y cuenta con 21 sedes académicas en el país. La UNAM ofrece una amplia oferta educativa: 105 carreras en las áreas de las ciencias físico-matemáticas y de las ingenierías; ciencias biológicas, químicas y de la salud; ciencias sociales y humanidades y artes (www.unam.mx). Universidad de Chile Fundada en 1842, esta universidad pública tiene 14 facultades, cuatro institutos multidisciplinarios y un hospital clínico. Lidera la producción investigativa en el país (8.600 artículos en los últimos siete años), y forma a más de 35.000 estudiantes en todas las áreas. Fue la alma máter de dos premios nobel: Gabriela Mistral y Pablo Neruda (www.uchile.cl). Universidad de Los Andes La clasificación de QS sitúa a esta universidad como la mejor de Colombia y la sexta mejor de Sudamérica. Es la única universidad privada, hasta hoy, que ha recibido la acreditación del Ministerio de Educación Nacional de Colombia. Ofrece titulaciones en todos los ámbitos, desde la antropología a la ingeniería industrial, así como tres MBA (www.uniandes.edu.co). Univ. Estatal de Campinas Sita en Campinas, en el estado de São Paulo, rivaliza con la USP, la Universidad Federal de Río de Janeiro y la Estatal de Minas Gerais por la preeminencia brasileña. Prueba de su atractivo es uno de los procesos de admisión más competitivos de Brasil: casi 52.000 estudiantes para 3.310 plazas -la matrícula es gratuita-. Su oferta educativa está más centrada en estudios de posgrado (http://www.unicamp.br/). Egade Business School Reconocida en 2011 como la mejor escuela de negocios de Latinoamérica por Eduniversal, esta institución privada perteneciente al Tecnológico de Monterrey mexicano ofrece 11 programas de posgrado, entre ellos un MBA. Colabora con varias escuelas en el programa global OneMBA, que es el 22º mejor del mundo a juicio del Financial Times (www.itesm.edu). IAE Business School La escuela de negocios de la Universidad Austral es quizá la mejor de su ámbito en Argentina. En el ranking de Educación Ejecutiva 2013 elaborado por FT figura en el puesto 30 del mundo, y como la segunda mejor de América Latina. Acreditada internacionalmente, ofrece diversos programas ejecutivos además de MBA y EMBA (www.iae.edu.ar). COPPEAD UFRJ La COPPEAD, adscrita a la Universidad Federal de Río de Janeiro, es la mejor posicionada, fuera de Norteamérica, en el índice de MBA de FT en 2013: en el puesto 66. También es la única escuela pública latinoamericana en recibir la acreditación internacional de la EFMD (www.coppead.ufrj.br).