Massimo Sarmi se perfila para pilotar el cambio de rumbo en el operador Franco Bernabé, presidente de Telecom Italia, dimitió ayer de su cargo ante el clamoroso rechazo de la mayoría de los consejeros. Telefónica, Mediobanca, Intesa Sanpaolo y Generali -en calidad de accionistas de Telco, socio de referencia de Telecom Italia- echaron por tierra las propuestas de ampliación de capital a las que se aferraba Bernabé. El anterior jefe de la teleco italiana pretendía que los socios de Telco invirtieran 3.000 millones de euros, algo a lo que no están dispuestos los actuales accionistas. A partir de ahora, el objetivo del grupo consistirá en reducir los actuales niveles de deuda (28.700 millones a finales de 2012), al mismo tiempo que consolidar su negocio local y elaborar un plan de negocio convincente para los accionistas y los mercados. En dicha estrategia en el grupo italiano posiblemente destaquen las ventas de la filial brasileña (TIM Brasil) y argentina (Telecom Argentina), negocios con los que el operador podría disolver sus actuales penurias financieras. Diversas fuentes estiman que la puesta en valor de los activos de Brasil podrían inyectar a Telecom Italia alrededor de 10.000 millones de euro, botín suficiente para eliminar las deudas que actualmente digiere la teleco italiana. El expresidente Bernabé se opuso frontalmente a esas desinversiones en Brasil y Argentina, lo que permite aventurar que dichos mercados podría buscar ahora nuevos dueños. Todo apunta a que Massimo Sarmi, actual primer ejecutivo de Poste Italiane, será quien llevará las riendas de Telecom Italia. Por lo pronto, Aldo Minucci, vicepresidente del operador, ha tomado las riendas de forma provisional, con Marco Patuano como posible hombre fuerte. No obstante, fuentes del mercado apuestan por Patuano como consejero delegado de la teleco transalpina. Por su parte, Franco Bernabé se despide de Telecom Italia con una indemnización de 7 millones y despeja el camino para emprender una andadura política junto al primer ministro Enrico Letta.