Tendrá una flota de 25 aviones en 2012 y volará a Nueva York a partir del veranomadrid. La incertidumbre del futuro accionarial de Aerolíneas Argentinas preocupa en el grupo Marsans, que tiene que compaginar la reorganización con el ambicioso proceso de crecimiento que ha puesto en marcha en Air Comet. De momento, las aguas se han calmado tras la propuesta de Gonzalo Pascual a las autoridades del país andino, a las que hoy vuelve a visitar. Aunque todavía no está cerrado el nuevo modelo de Aerolíneas, la idea es que Marsans baje de escalón en el accionariado y "se quede con el 35 por ciento del grupo", aseguran a este periódico fuentes cercanas al proceso. El resto del capital se lo repartirían (ver gráfico) entre el gobierno argentino (20 por ciento), el empresariado local (35 por ciento), los empleados (5 por ciento) y las provincias del país latinoamericano (otro 5 por ciento). La nueva etapa en Aerolíneas Argentinas no puede frenar los planes de expansión en Air Comet. Desde Marsans se asegura que los proyectos de ambas compañías son totalmente independientes, pero una Aerolíneas Argentinas con mayor sabor gaucho dará más alas a la apuesta de crecimiento de Air Comet en Latinoamérica. La intención del Gobierno de Cristina Fernández de aumentar su participación del 5 al 20 por ciento en la compañía aérea es controlar más de cerca la aerolínea. En estos momentos, "está realizando un estudio económico para averiguar el valor de Aerolíneas Argentinas", añaden las mismas fuentes. Lo lógico sería aprovechar este cambio accionarial para sacar a bolsa el grupo, pero todavía no hay ningún informe concreto sobre la mesa. Mientras se perfila el nuevo escenario en Aerolíneas Argentinas, las hoja de ruta prevista por su hermana, Air Comet, es bastante optimistas. La aerolínea presidida por Ignacio Pascual, hijo del fundador de Marsans, alcanzará una flota de 25 aviones en el año 2012. De estos aparatos, 23 serán de largo alcance y entre ellos se incluirán dos de los cuatro A380 que el grupo ha encargado al fabricante aeronáutico europeo Airbus. Los otros dos serán explotados por Aerolíneas. Para esa fecha, la compañía tendrá 17 aviones prácticamente nuevos con los que quiere ofrecer, como mínimo, una frecuencia diaria a todas las grandes capitales de Latinoamérica, periodicidad que ya supera con creces en la actualidad en rutas tan saturadas como Buenos Aires y Santiago de Chile. La aerolínea, además, comenzará a volar en verano a Nueva York. Aunque este año sólo cubrirá la ruta en la temporada estival, la intención del grupo aéreo español es implantarla durante todo el año a partir del próximo ejercicio. En el mercado español, el crecimiento de Air Comet está siendo mucho mayor que el de Aerolíneas Argentinas. El año pasado duplicó las cifras de pasajeros más tránsitos hasta 1,3 millones de clientes, mientras que Aerolíneas Argentinas prácticamente mantuvo sus cifras con 453.705 viajeros, según las estadísticas de AENA, el gestor de los aeropuertos españoles, que no incluyen los datos de pasajeros de Air Comet y Aerolíneas Argentinas en los vuelos que tienen origen y destino en Latinoamérica. A esto hay que sumarle que, durante los últimos años, Air Comet le está comiendo el terreno comercial a Aerolíneas en Sudamérica. De hecho, Aerolíneas del Sur ha pasado a denominarse Air Comet Chile, que opera vuelos regionales. Pedido de aviones Marsans tiene encargados a Airbus 61 aviones, de los que 42 aparatos son del modelo A320 para vuelos domésticos. En principio, estos aviones son todos para Aerolíneas Argentinas, pero tras la pérdida de peso en la aerolínea esta decisión estratégica podría cambiar, destinando más aparatos a Air Comet. También podría darse un nuevo reparto de la flota si se modifican los acuerdos que Marsans tiene con Air Europa y Spanair en corto recorrido para asegurar que sus aviones trasatlánticos vayan llenos. Si la filial de SAS cambia de dueño, Air Comet puede verse obligada a operar sus propios vuelos domésticos. En este nuevo escenario, la aerolínea española tendría que emplear aviones A320 para cubrir estas rutas secundarias y la gran perjudicada sería Aerolíneas Argentinas.