Cierra el caso, pero la investigación contra Martín-Artajo continúa"La tempestad en una taza de té", como el consejero delegado de Jamie Dimon tildó las multimillonarias pérdidas generadas por la mesa de inversión de JP Morgan en Londres, que siguen sangrando las arcas del banco más grande de Estados Unidos. Con un "mea culpa" a regañadientes y una multa que asciende a 920 millones de dólares (690 millones de euros), la entidad pone fin a las demandas civiles que tiraron por tierra su control de riesgos y su sistema de revisión financiera. Dicho esto, la causa criminal que pesa sobre el español Javier Martín-Artajo y el francés Julien Grout continúa su curso en la Fiscalía de Estados Unidos. De momento, tantos las autoridades estadounidenses como británicas dieron a conocer ayer los pormenores del acuerdo que puso de manifiesto los pobres controles de riesgo y la falta de responsabilidad a la hora de avisar a los reguladores sobre las deficiencias en la gestión del riesgo advertidas por la propia gerencia del banco. En un intento por edulcorar esta monumental multa, JP Morgan calificó el acuerdo como "un paso importante" en los esfuerzos en curso "para dejar atrás estos problemas". La factura que Dimon y sus chicos deberán desembolsar por la debacle que costó 6.200 millones de dólares (4.600 millones de euros) en pérdidas generadas por inversiones en derivados de crédito el año pasado se dividirá entre distintas agencias reguladoras a ambos lados del Atlántico. Así, JP Morgan pagará 300 millones de dólares a la Oficina del Contralor de la Moneda de EEUU, otros 200 millones de dólares más a la Reserva Federal, 200 millones de dólares a la Comisión de Mercados y Valores de EEUU y 137,6 millones de libras a la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido. Con el caso criminal todavía sin resolver, Dimon dijo que JP Morgan había reconocido sus errores.