Dice que se va para "preservar el interés de la compañía"madrid/parís. El presidente del fabricante de componentes de automoción Faurecia, Pierre Lévi, presentó ayer su dimisión a raíz del escándalo de los presuntos sobornos que están investigando las autoridades alemanas.Lévi justificó su decisión en la necesidad de "preservar lo mejor posible el interés de la compañía" en un momento en el que tiene lugar "una investigación judicial en Alemania", informa Efe.La polémica saltó el mes pasado cuando la Fiscalía de Fráncfort anunció que estaba investigando presuntos casos de sobornos por parte del proveedor de componentes Faurecia a algunos fabricantes automovilísticos alemanes con el fin de conseguir contratos de suministro de piezas.En una carta dirigida a un fiscal alemán, Lévi admitía que estaba al tanto de que algunos de sus directivos pagaban dinero en efectivo a responsables de fabricantes de coches como Volkswagen. El pasado 28 de julio la Fiscalía anunció que Lévi estaba enterado de que estos sobornos existían en su compañía desde al menos el año 2001. Entonces, el fiscal jefe del caso dijo que Lévi no impidió los sobornos, por lo que sería implicado al menos como cómplice. Este fiscal confirmó igualmente que hasta diez compañías proveedoras de componentes estaban siendo investigadas, aunque no dio detalles. En cuanto a los fabricantes, en principio el escándalo salpicaba a los principales consorcios de automoción germana; Volkswagen BMW y Audi. DiligenciasEl semanario alemán Focus había publicado la semana pasada que la española Seat, filial de Volkswagen, está implicada en el escándalo de los presuntos sobornos y asegura que la fiscalía de Fráncfort tiene abiertas diligencias sobre un alto cargo del departamento de compras de la marca mediterránea. Faurecia tiene el 26 por ciento de su facturación en Alemania; Volkswagen es su segundo cliente con el 22 por ciento de las ventas, DaimlerChrysler es el sexto con el 8 por ciento y BMW el séptimo con el 7 por ciento de las ventas del proveedor.Este proveedor es una filial del grupo PSA Peugeot Citroën (tiene el 71,33 por ciento del proveedor) que tuvo el año pasado unas pérdidas de 182,5 millones de euros, frente a los 130,7 millones de beneficios en 2004, debido a los costos de reestructuraciones.