La petrolera gala y Unión Fenosa recuperan la participación de Somaen Dosmadrid. Después de tres años de litigio, Santander y Total pactaron ayer la fórmula para disolver las ligaduras accionariales que tenían en Cepsa desde 1990 dando cumplimiento al laudo arbitral. El banco venderá un 4,35 por ciento de la compañía presidida por Carlos Pérez de Bricio a la petrolera gala por 4,54 euros (un 8,19 por ciento del valor bursátil). Y ambos socios, junto con Unión Fenosa, se repartirán la participación conjunta que tienen de Cepsa a través de Somaen Dos, mediante una reducción de capital de la sociedad instrumental. El primer efecto de desenmarañar la alianza es que Total se queda de facto con el control de Cepsa, al sumar el 48,8 por ciento de sus acciones y sin la obligación de lanzar una opa por el resto.Tres años de litigioPara entender el proceso es preciso remontarse a septiembre de 2003, cuando el Santander lanzó una opa sobre Cepsa, que provocó las iras de Total. El banco entendió que el pacto accionarial quedaba en papel mojado, al entrar en vigor la "Ley de Transparencia" promulgada por el PP en 2002, y se lanzó a por todas en Cepsa, adquiriendo un 12,13 por ciento de sus títulos.A ojos de Total el banco realizaba una interpretación sui géneris de la ley para romper la histórica alianza y, de paso, no venderle el 4,35 por ciento de Cepsa a que tenía derecho a un precio pactado ya en 1995 con el antiguo Banco Central Hispano (BCH) si se violaba el pacto.Al no recibir la respuesta querida del Santander, la petrolera llevó el caso al Instituto de Arbitraje holandés, que, tras varios años de proceso, emitió una salomónica resolución el pasado 24 de marzo.El laudo obliga a los socios a separar el 33,22 por ciento de Cepsa que tenían en Somaen Dos y cuyo derecho de voto estaba sindicado y ejercía el Santander. ¿Cómo lo harán? Total recupera su 8,31 por ciento y Unión Fenosa el 4,99 por ciento mediante una amortización de capital, que evita el elevado coste del simple reparto de acciones. La eléctrica comprará algunas acciones más al Santander, hasta alcanzar el 5 por ciento para no tener que tributar dos veces por dividendos. El 19,92 por ciento restante de Cepsa propiedad del Santander se queda en Somaen, que será absorbida por el banco. Si se suma su participación directa, el banco adueñará al final de todo el proceso el 27,92 por ciento de Cepsa, con unos 1.500 millones en plusvalías latentes. Pero el árbitro decidió más. En apoyo de las tesis de Total: que el Santander debía venderle el 4,35 por ciento. Y a favor del Santander: que no había lugar la indemnización de 500 millones que reclamaba el grupo galo en concepto de daños morales. El árbitro recriminó, no obstante, al banco de incumplir "la obligación convencional y legal de actuar de buena fe". Quedaba pendiente un laudo final que determinaría la entidad que pagará las costas y podría hacer referencia a posibles daños por esa "falta de adecuación de buena fe". Pero los socios dan por cerrado el capítulo. Una vez se resuelva el reparto de Somaen Dos, y la venta de la participación a Total, "las partes pondrán fin al laudo arbitral", explicaron ayer a CNMV.