Good Fly, último fiasco de una política aeroportuaria a golpe de chequeraLos aeropuertos de Castilla y León continúan con la sangría de pasajeros. En julio y agosto, pese a ser el periodo en el que se registran más desplazamientos por avión, han perdido más de una cuarta parte de pasajeros al registrar el tránsito de 73.640 viajeros frente a los 101.073 de los mismos meses de 2012. La ampliación de la oferta con vuelos a Las Palmas de Gran Canaria, Tenerife y Mallorca no ha impedido que registren números rojos en julio y agosto. Estas nuevas rutas insulares tampoco mantuvieron el número de operaciones, que se quedó en 4.012, frente a las 4.755 del mismo periodo de 2012. Por tanto, se realizaron 743 menos, lo que representa una caída del 15,63 por ciento. Sin embargo, el tráfico de mercancías experimentó un importante crecimiento, tanto en León como en Valladolid, que movieron 462 y 21.442 kilos, respectivamente. Los meses de julio y agosto fueron especialmente negativos para el aeropuerto de Villanubla (Valladolid), donde la caída de pasajeros superó en cinco puntos a la media autonómica. Las instalaciones fueron utilizadas por 51.471 personas, frente a los 75.988 de hace un año, un 32,26 por ciento menos. Le siguió Burgos, con una disminución del 14,83 por ciento y 960 pasajeros menos, dejando la cifra estival en 5.515. Los aeropuertos de Matacán (Salamanca) y La Virgen del Camino (León) también anotaron caídas este verano, aunque inferiores. En el aeródromo salmantino, Aena contabilizó 4.685 pasajeros, frente a los 5.217 de hace un año, lo que supone una reducción del 10,2 por ciento. La caída del número de viajeros en León fue del 10,63 por ciento, hasta los 11.969, ya que en 2012 viajaron desde estas instalaciones 1.424 pasajeros más. En cuanto a las operaciones, disminuyeron un 22,5 por ciento Villafría (Burgos) hasta las 638; un 15,94 por ciento hasta las 1.877 en Salamanca y un 26,20 por ciento en Valladolid hasta las 924. Sin embargo, los vuelos realizados aumentaron en León un 28,48 por ciento hasta los 573, es decir, 127 más que hace un año. En los ochos primeros meses del año, el tráfico aeroportuario descendió en Castilla y León un 33,65 por ciento, dejando la cifra total de viajeros en 227.745 frente a los 343.257. La compañía burgalesa Good Fly ha protagonizado el último fiasco de la política aeroportuaria. Pese a la espantada de Ryanair del aeropuerto de Valladolid al perder las jugosas subvenciones que recibía de la Junta de Castilla y León, la Diputación de León insistió en seguir tirando de chequera para instaurar nuevos vuelos, en concreto con una aportación de más de medio millón de euros. La cosa apenas duró unos meses, porque a principios de septiembre la empresa aérea dejó tirados a 200 pasajeros en Ibiza y anuló los previstos a Málaga y Alicante.