El 75% de los accionistas de la alemana han aceptado la oferta de la operadoraVodafone se ha anotado en Alemania un importante tanto estratégico en su plan para reconducir la hemorragia de ingresos que sufre desde el inicio de la crisis. Tras jornadas de frenética negociación y serios riesgos de descarrilamiento, la compañía británica logró cerrar casi in extremis la adquisición de Kabel Deutschland, la mayor operadora de cable germana. Finalmente no fue necesario ensanchar el plazo artificial que Vodafone había forzado para hacer frente a la carrera de obstáculos en la que se convirtieron las conversaciones. Ayer anunciaba que contaba con el apoyo del 75 por ciento de los accionistas de la firma germana, quienes habían aceptado una oferta de 87 euros por título que incluía 2,5 euros en pago de dividendos. Aunque las cantidades definitivas se darán a conocer este lunes, el montante global ascenderá a los 7.700 millones de euros. Autorizaciones El operador confía en cerrar la transacción antes de final de mes, si bien antes deberá recibir luz verde por parte de los reguladores comunitarios, que tendrán que amparar un movimiento que viene a revolucionar la hoja de ruta de uno de los gigantes de las telecomunicaciones de referencia en el continente. Si Vodafone mantenía hasta ahora su prioridad focalizada en los servicios de telefonía móvil en Europa, la incursión en el panorama de la televisión de pago, internet y la línea fija en Alemania aspira a diversificar su campo de acción para ampliar las fuentes de beneficio. La elección del territorio no es casual: la empresa representa ya el mayor operador de móvil en el país, con 32,4 millones de clientes, y el acuerdo con Kabel le abre acceso a 5 millones de banda ancha y 7,6 de televisión. Una ampliación del radio de cobertura que se antoja necesaria ante el declive de ingresos y que sucede al otro gran movimiento estratégico emprendido por la compañía con la venta de Verizon en Estados Unidos, en lo que ha quedado ya como uno de los mayores acuerdos de la historia corporativa. La notable inyección de 130.000 millones de dólares, de los que el 71 por ciento se devolverá a los accionistas, permitirá a Vodafone ejecutar las opciones necesarias para hacer frente a su deuda, mejorar la red existente y, como ha quedado probado con Kabel, financiar nuevos acuerdos que ensanchen su fuente de ganancias. No en vano, uno de los desafíos que tiene por delante es la implantación de la tecnología 4G, un objetivo que en su mercado doméstico aparece dominado por Everything Everywhere. Inversión en 4G De momento, el despliegue es progresivo, pero Vodafone ha anunciado ya una partida de 7.000 millones de euros para garantizarlo para al menos el 90 por ciento de la población de sus cinco principales plazas europeas a la altura de 2017, entre ellas, España.