Desaparecerán los sobrecostes por recibir o enviar llamadas en otros EstadosLa Comisión Europea presentó ayer su plan para revolucionar el mercado de las telecomunicaciones y adaptar la legislación a los nuevos tiempos. Con su ambicioso paquete legislativo, la comisaria de Agenda Digital, Neelie Kroes, promete reducir los gastos de los consumidores, simplificar la burocracia a la que se enfrentan las empresas y aportar nuevos derechos, tanto para los usuarios como para los proveedores de servicios, de manera que Europa se convierta en un líder digital mundial. Después de meses de trabajo, el Ejecutivo comunitario ha presentado un paquete normativo por el cual se eliminarán de manera total y definitiva los cargos para las llamadas en itinerancia. A partir de julio de 2014 los operadores de telefonía móvil no podrán ya aplicar ningún cargo sobre las llamadas entrantes hechas por un usuario mientras se encuentra en otro Estado miembro. Asimismo, los operadores ya no podrán cobrar recargos por las llamadas realizadas desde otro país de la Unión Europea. Resultado de todo ello, el roaming deberá haber desaparecido por completo como muy tarde en el año 2016. En caso de que las empresas de telecomunicaciones no puedan ofertar un servicio que incluya todo el territorio de la Unión, la nueva legislación les obligará a facilitar otro operador que ofrezca tarifas más baratas en el exterior, sin que sea necesaria la compra de una nueva tarjeta SIM. El precio máximo de una llamada intraeuropea no podrá superar los 19 céntimos de euro (IVA no incluido) por minuto. "Nuestro mercado único debería ser la joya de la corona. No debería haber diferentes derechos ni diferentes normas a lo largo y ancho de la UE", subrayó Kroes en rueda prensa. Por el contrario, sí podrán ofrecer paquetes que garanticen alta calidad para servicios de valor añadido como el vídeo bajo demanda o aplicaciones empresariales concretas, pero "sin retirar calidad" de conexión a otros clientes. Pero la reforma no sólo supondrá beneficios para el consumidor, sino también para el sector. Según los cálculos de la Comisión Europea, los cambios aportarán al producto interior bruto (PIB) de la Unión Europea unos 110.000 millones de euros anuales.