Dota de poderes al BCE para que supervise a las 150 mayores entidades, entre las que no están las cajas alemanasEl Parlamento Europeo dio ayer luz verde al nuevo sistema de supervisión bancaria, que pondrá bajo el control directo del Banco Central Europeo a cerca de 150 grandes entidades financieras a partir de septiembre de 2014. El nuevo sistema de supervisión, votado por amplia mayoría por los eurodiputados, será obligatorio para los países de la eurozona y quedará abierto a los demás Estados que quieran adherirse, de acuerdo con lo propuesto por el Parlamento durante las negociaciones. La aprobación formal de este texto deriva del acuerdo alcanzado el pasado mes de marzo entre el Parlamento y los Estados miembros, así como de las negociaciones con el BCE sobre la transparencia del nuevo supervisor. El BCE tiene previsto asumir sus nuevas tareas de supervisor en otoño de 2014 y, llegado el caso, podrá asumir en cualquier momento el control directo de un banco si cree que debe intervenir. El objetivo: acabar con el círculo vicioso entre la deuda privada y soberana, de modo que se pueda reactivar el flujo de crédito a la economía real. Antes de tomar las riendas de los principales bancos, el órgano que dirige Mario Draghi realizará una revisión de la calidad de los activos de los principales bancos de la Eurozona y dirigirá, junto con la Autoridad Bancaria Europea, una nueva ronda de test de estrés, empezando este mismo otoño. El nuevo mecanismo implica la transferencia de los poderes de supervisión desde los órganos nacionales a la nueva autoridad europea, por lo que exigirá cambios en la legislación de los Estados miembros. Por ello, los eurodiputados y varios parlamentos nacionales han insistido en que dicha transferencia de poderes debe ir acompañada de un mecanismo claro de responsabilidad que garantice el control democrático del nuevo supervisor. De ahí que, en la nueva estructura, la Eurocámara recibirá información "extensa y relevante" sobre las reuniones del órgano supervisor, incluida una lista anotada de las decisiones que se hayan acordado. Control regular Asimismo, el presidente del órgano de supervisión comparecerá regularmente ante el Parlamento y la Cámara tendrá que aprobar con el Consejo los nombramientos del presidente y del vicepresidente del órgano supervisor, así como su posible cese. Para asegurar el control parlamentario, el PE podrá poner en marcha investigaciones sobre posibles errores y los eurodiputados también podrán dirigir preguntas por escrito al supervisor. A la espera de que se resuelvan los problemas que persisten con Alemania sobre la resolución de bancos en problemas, se ha procedido además al refuerzo del papel de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés) con respecto al BCE, así como nuevos poderes para realizar pruebas de resistencia y obtener información. Según lo acordado, el nuevo órgano del BCE se ocupará de la supervisión directa de los bancos cuyos activos superen los 30.000 millones de euros o el 20 por ciento del PIB del país en el que estén establecidos, y también de aquellos que hayan recibido fondos del Mecanismo Europeo de Estabilidad. De esta manera, deja fuera a las cajas regionales alemanas, principal foco de incertidumbre en el sistema europeo.