Desembolsará unos 5.500 millones de euros y se quedará con 32.000 trabajadores del grupo finlandésSteve Ballmer, consejero delegado de Microsoft, el mayor fabricante de software del mundo, está dispuesto a abandonar la compañía pero antes intentará dejar un genuino legado en manos de su sucesor. Es por ello que la estadounidense confirmó la compra de la unidad móvil de Nokia, incluyendo sus patentes, a cambio de 5.440 millones de euros. Una arriesgada aventura con la que la compañía fundada por Bill Gates pretende plantar cara a Apple, Samsung o Google en el copado mercado de la telefonía inteligente. Según el acuerdo dado a conocer a última hora del lunes, los dispositivos y la unidad de servicios móviles de la finlandesa, que representaron la mitad de sus ingresos el año pasado, junto con sus 32.000 empleados, pasarán a manos de Microsoft. Además, el consejero delegado de Nokia, Stephen Elop, de 49 años, regresará de nuevo a las filas del fabricante de software estadounidense después de tres años intentando reflotar el negocio móvil de Nokia. Precisamente, su próximo desembarco en los fueros de Redmon, Washington, alimentan los rumores que apuntan que podría convertirse en el perfecto sucesor de Ballmer, quien recordemos anunció el mes pasado que abandonará el mando de Microsoft dentro de 12 meses. "Es una gran transformación, pero eso es lo que hay que hacer en el negocio de tecnología para seguir adelante", reconoció Ballmer durante una entrevista en la cadena de televisión Bloomberg. Desde luego, para Microsoft esta operación supone un verdadero esfuerzo en su objetivo de conseguir posicionarse en el mercado de telefonía móvil, aunque muchos expertos consideran que la compra no servirá de mucho. "En nuestra opinión, los negocios de Microsoft en productos de hardware como Zune, Kin o Surface, no han cumplido con el éxito financiero o comercial esperado, sólo Xbox ha funcionado", asegura John DiFucci, analista de JP Morgan, quien además explicó que la posible candidatura de Elop para suceder a Ballmer podría verse perjudicada por su "falta de resultados en Nokia", aunque dicha tarea era "herculiana", según el experto del banco estadounidense. Como parte del acuerdo, Microsoft pagará a 3.790 millones de euros por la división de dispositivos móviles de Nokia y otros 1.650 millones de euros por las patentes, según el comunicado emitido por ambas empresas. En un principio la transacción se realizará en efectivo y todavía está sujeta a la aprobación de los inversores de la finlandesa. De darse el visto bueno, debería completarse en el primer trimestre de 2014. JPMorgan Chase & Co, el banco capitaneado por Jamie Dimon, es el principal consejero de Nokia en la transacción mientras que Goldman Sachs Group, al mando de Lloyd Blankfein, trabaja del lado de Microsoft. Según los expertos, Microsoft usará el efectivo de su balance para financiar la operación. De hecho, con aproximadamente el 90 por ciento de su dinero depositado en el extranjero, la compra permitiría a la empresa utilizar el dinero sin las consecuencias fiscales que implicaría la repatriación a suelo estadounidense. Microsoft continuará operando el negocio de teléfonos móviles en Finlandia, donde además abrirá un nuevo centro de datos. Además ha puesto a disposición de Nokia alrededor de 1.500 millones en financiación en forma de obligaciones convertibles. De acuerdo con la letra pequeña, la transacción reduciría 12 centavos por acción de los beneficios de Microsoft durante el año fiscal en curso. En 2015, el coste será de 6 centavos de dólar y, excluyendo algunos costes, el acuerdo debería comenzar a generar beneficios a partir de dicho año. Para Norman Young, analista de Morningstar, "estratégicamente esta compra tiene sentido" y congenia con la nueva reestructuración de Microsoft. "Hasta ahora, la alianza Microsoft-Nokia parecía una carrera de tres piernas, basada en hardware, software y la comercialización de dos empresas distintas que intentaban marchar al mismo paso", explica. "Ahora, Microsoft busca reforzar su presencia en smartphones, y este acuerdo debería ayudar a reducir las fricciones estratégicas y reducirá sensiblemente los costes", añade.