La antigüedad de las plantas impone paros en perjuicio de la industria y erarioLa evolución del sector energético en aguas del Mar del Norte muestra una "preocupante" tendencia que podría afectar a la longevidad de una actividad clave para la economía británica. La vetustez de las plataformas obliga a prolongados cierres para trabajos de reparación y mantenimiento que afectan notablemente sobre una producción que caerá más de lo previsto, para desgracia no sólo de las empresas de explotación, sino también del erario de Reino Unido, que depende vitalmente de los ingresos del petróleo y del gas. Según los datos más recientes facilitados por Oil and Gas UK, este año se producirá un descenso de los barriles diarios: si el pasado ejercicio el volumen medio alcanzó los 1,54 millones, en este de 2013 se limitará a los 1,3 millones. La caída es preocupante en términos absolutos, pero su gravedad queda de manifiesto comparada en términos relativos, ya que es la segunda de mayor nivel desde que, con el cambio de siglo, comenzó el declive en el Mar del Norte. Las compañías, sin embargo, no tienen alternativa a las paralizaciones. Antecedentes como el de la explotación de BP en el Golfo de México han abierto un debate sobre la seguridad que, en Reino Unido, se ve acuciado por el envejecimiento de las instalaciones. No en vano, éstas permanecen actualmente inactivas una media de 146 días al año, un período hasta dos veces superior al de hace tan sólo cuatro años. La consecuencia directa se deja notar en la eficiencia de la producción, es decir, el tiempo que están produciendo petróleo o gas: el año pasado el porcentaje apenas llegó al 60 por ciento, frente al robusto 80 por ciento que se registraba en 2008. Los líderes de la industria han expresado ya su "preocupación" por una tendencia que, reconocen, podría tener una "influencia determinante en el mantenimiento" del denominado UKCS, es decir, el índice que representa el petróleo y el gas extraídos por Reino Unido en el Mar del Norte. Las inversiones serán la clave Su futuro dependerá mucho del éxito de las inversiones en curso para modernizar las infraestructuras. Este ejercicio la cantidad llega a la cifra récord de los 15.792 millones de euros, pero sus efectos no se materializarán a medio plazo. Aunque menor que el descenso de la producción del 19 por ciento en 2011, o del 14 en 2012; el 8,5 por ciento de caída que se calcula para este año y la falta de recuperación para el siguiente son motivos suficientes para la inquietud, sobre todo, por el impacto sobre el apetito inversor. Habrá que esperar a 2015 para comprobar cómo las actuaciones de mejora influyen en términos reales en el nivel de producción, pero incluso ese año, la inversión sin precedentes de este 2013 experimentará un brusco descenso que podría tener consecuencias. El propio informe de Oil and Gas UK advierte de que el coste de la extracción por barril ha aumentado considerablemente, en la última década se ha cuadriplicado, y condicionantes como la complicada geología de la zona y la antigüedad de las maquinarias no contribuyen a vislumbrar un cuadro más optimista. Es más, el consejero delegado de Oil and Gas UK subraya que aunque la escalada de coste se concentraba inicialmente en un pequeño número de explotaciones, la tendencia actual es de aumento general y no cambiará hasta que se revierta el declive de la producción.