El directivo renuncia a la adquisición de la cadena de libreríasLos directivos de Barnes & Noble lo han intentado todo para evitar que el negocio de la venta de libros en papel sucumba ante la competencia del libro electrónico. Pero ni siquiera la creación de su propia tableta, Nook, ha evitado la sangría de clientes y una caída en picado de las ventas no vista en sus 140 años de historia. El último ejemplo de que las cosas no marchan nada bien lo acaba de proporcionar su presidente, Leonard Riggio, que ayer anunció la cancelación de un plan para comprar las librerías del grupo. Horas antes, la compañía había reportado un alza en sus pérdidas trimestrales. Concretamente, el grupo registró unas pérdidas de 87 millones de dólares (unos 64 millones de euros), en el primer trimestre fiscal que finalizó el 27 de julio, lo que se compara con una pérdida de unos 29,64 millones de euros de un año antes. Una parte importante de la culpa se debe al desplome en las ventas de la Nook y los libros electrónicos. Precisamente los ingresos de la división Nook cayeron un 20,2 por ciento hasta alcanzar los 153 millones de dólares (unos 113,96 millones de euros) Antecedentes del 'desastre' Uno tras otro, los males se han ido acumulando desde la pasada primavera. El presidente ejecutivo William Lunch renunció el pasado 8 de julio, poco después que la compañía anunciara un drástico descenso de los ingresos, de un 34 por ciento, en su división digital. Amazon, líder con el Kindle del mercado del libro electrónico, ha tenido resultados más que satisfactorios. La firma comenzó a adquirir la división Nook hace cerca de un año y medio con la perspectiva de venderlo o escindirlo. Asimismo, el pasado junio dijo que no fabricaría más tabletas a menos que encontrase un socio. La firma atrajo el año pasado inversiones de Microsoft Corp y Pearson Plc.