En todas las competiciones europeas sólo dos o tres grandes clubes logran acaparar los grandes fichajes a golpe de talonario, mientras que el resto de equipos trata de sobrevivir incorporando jugadores de segunda fila a costes inferiores o de forma gratuita gracias a las cesiones. La llegada de las fortunas árabes y rusas al capital y la presidencia de algunos clubes europeas ha relanzando la política de los fichajes galácticos, con el objetivo de promocionar los equipos. Unos ejemplos claro son el París Saint Germain (PSG) de Nasser Al Khelaifi y el Mónaco del ruso Dimitri Rybolovlev, que han gastado este verano 109 y 135 millones de euros respectivamente. Juntos hacen más del 80 por ciento de gastos de toda la liga francesa. En la Bundesliga se ha dado prácticamente la misma situación, pero en este caso sólo hay un grande, el Bayern de Munich que ha invertido en fichajes 62 millones de euros. El resto de los clubes ha vendido a sus estrellas para conseguir sanearse y mejorar la plantilla en varias posiciones. Si bien es cierto que su rival es el Borussia de Dortmund, éste le ha vendido al club muniqués a su jugador estandarte, Mario Gotze, por 37 millones, lo que evidencia nuevamente que las ligas son sólo cosa de los grandes equipos. En Inglaterra destaca el gasto realizado por el jeque Mansour Zayed Al Nahyan. El dueño del Manchester City lleva invertidos 111 millones, casi 56 millones más que el segundo máximo comprador, el Tottenham Hotspur del americano Daniel Levy, que sólo han gastado 68 millones. Y esto sorprende, pues el equipo londinense no está considerado uno de los cuatro grandes de Inglaterra. El tercero que más ha fichado es el Cardiff, con 32,5 millones. Hay que estar atentos a fichajes de última hora de equipos como Chelsea, Arsenal o Manchester United, que apenas han invertido esta temporada, por si rompen el mercado.