Nestlé registró un beneficio neto en los seis primeros meses del año de unos 4.133 millones de euros, lo que supone un aumento del 3,7 por ciento. La multinacional, que experimentó un crecimiento interno real del 2,7 por ciento, alcanzó estos resultados en medio de un "entorno económico donde continúa la morosidad y en el que está aplicando una política de precios a la baja". Por otro lado, las ventas de Nestlé registraron una mejora, que fue del 5,3 por ciento y alcanzaron los 36.700 millones de euros. "Hemos tenido un desempeño equilibrado en el primer semestre, tanto en términos de ventas como de beneficio, en un entorno en el que el crecimiento es menor y de reducción de costes de materias primas", indicó el consejero delegado de la compañía, Paul Bulcke. Además el directivo sostuvo que el crecimiento orgánico se atenuó un poco, reflejando una adaptación de los precios en los mercados. Aunque el fabricante francés advirtió sobre una desaceleración del crecimiento en los mercados emergentes, las previsiones para el conjunto del año son buenas, ya que esperan mantener sus márgenes y aumentar la rentabilidad del capital.