BBK no veía con buenos ojos la operación por la pérdida de peso del País Vasco en la eléctricaLa entidad financiera se planteó comprarle los títulos a ACS, pero Pérez quiere activos eléctricosmadrid. Iberdrola no ha logrado un acuerdo con La Caixa y Repsol. Ambas entidades querían crear un holding para alcanzar el 30 por ciento del capital de la eléctrica y convertirse en un núcleo duro que impidiera cualquier asalto de una eléctrica extranjera como EDF. La operación consistía en canjear tres títulos de Gas Natural por uno de Iberdrola y con ello entrar en el capital de la eléctrica. Posteriormente, La Caixa tendría que adquirir la participación de ACS y con la BBK se alcanzaría el 29,9 por ciento de la empresa. Los contactos entre la eléctrica y el presidente de La Caixa se iniciaron la primera semana de febrero, tal y como adelantó elEconomista, con una reunión en Barcelona en la que comenzaron a explorar las posibilidades de una fusión. Todos tenían claro el escenario y sabían que no se podía tomar una decisión hasta pasadas las elecciones generales. Así fue. Nadie quería contar con la oposición del Gobierno, después de ver lo sucedido con Endesa. Los presidentes de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, de la Caixa, Isidre Fainé, y de Repsol, Antoni Brufau, retomaron las conversaciones después de los comicios del 9 de marzo y hace un par de semanas cenaron para analizar las posibilidades de colaboración, tal y como informó elEconomista. En la cena no se alcanzó ningún acuerdo y quedó patente que la intención de La Caixa de comprar la participación a ACS era muy complicada. El acuerdo, por lo tanto, se volvía muy difícil y aún más con el nombramiento del nuevo ministro de Industria, Miguel Sebastián, mucho más cercano a las tesis de crear campeones europeos que a la de los gigantes nacionales. Iberdrola considera que no tiene necesidad de caer en los brazos de nadie, ni de la entidad financiera catalana, ni de la petrolera, ni de ACS, sobre los que insisten en que no tienen dinero para comprarles. Galán asegura además que si alguien quiere hacer una oferta deberá poner sobre la mesa alrededor de 100.000 millones. La eléctrica sabe que aún así hay resquicios legales para poder tomar el control y por eso sigue analizando todos los escenarios posibles y ha puesto en funcionamiento las medidas de defensa que ha tenido a su alcance para frenar a EDF: denuncias ante los tribunales españoles y europeos, quejas ante la Comisión de la Energía y peticiones ante el Ministerio de Industria y la Comisión Europea. El PNV, que mostró su apoyo a la unión entre Iberdrola y Gas Natural, exigió en todo momento que la sede permaneciera en el País Vasco para facilitar el apoyo de la BBK. Estas declaraciones de Iñigo Urkullu no debieron de ser del agrado de Galán, que en la Junta de Accionistas le respondió asegurando que la compañía era integradora y que los vascos tenían tanta presencia como los valencianos. De hecho, poco tiempo después se supo que la eléctrica barajaba llevar la sede de Iberdrola Renovables a Valencia, su mayor mercado. Esta situación provocó que los vascos cambiaran de opinión y dejaran de apoyar esta operación por el menor peso del País Vasco en la eléctrica, frente a los catalanes. Galán ha pedido el oro y el moro a La Caixa, Gas Natural y Repsol para que las negociaciones no prosperen, pero los contactos mantenidos han servido para enfriar la posible entrada de EDF. Las condiciones de Iberdrola pasan porque la operación no sea dilutiva del beneficio por acción, que no reduzca el flujo de caja, que mejore la solvencia del grupo resultante y que la suma de uno más uno sea al menos dos, algo muy complicado con los precedentes que existen y que obligan a importantes desinversiones en caso de fusión entre energéticas españolas. EDF sigue al acecho EDF, que mostró desde el principio su interés por España, mira ahora hacia Gran Bretaña. Para Pierre Gadonnaix resulta más interesante hacerse con una participación en British Energy y participar en los planes nucleares de dicho país, que tomar una parte de Iberdrola sin ser bienvenidos. No obstante los frentes siguen abiertos y su evolución dependerá de lo que pueda suceder en el Reino Unido. Los movimientos no se espera que se produzcan hasta después del verano. La decisión de Gran Bretaña podría tomarse en junio y deja de momento los movimientos de EDF. La gala sabe que no puede pronunciarse porque cualquier declaración sobre Iberdrola supone, por la ley del mercado de valores francesa, una obligación. El Gobierno español no quiere nuevas guerras eléctricas.