La compañía se mantendrá en el capital de la francesa aunque le veten la entrada en el Consejo de Administraciónmadrid. Sacyr no piensa tirar la toalla. Al contrario,está dispuesta a sacar toda la artillería pesada para hacer valer sus derechos en Eiffage, la tercera constructora de Francia. Hace tres días, se convirtió en el mayor accionista del grupo galo, con un 30,7% del capital. Con esta participación le corresponden cuatro sillones en el consejo, es decir, un tercio. Actualmente, el máximo órgano de administración de Eiffage tiene ocho miembros, que se ampliarán a 13 con la entrada de los nuevos accionistas: los cuatro representantes de Sacyr y un quinto en nombre de Albert Frère, financiero belga que posee más del 6% de la francesa.Pero los directivos de Eiffage se oponen a los intereses españoles. El primer ejecutivo galo, Jean Francois Roverato, y su equipo han alzado la bandera chovinista en contra de "una presencia española hostil". Para conseguir sus objetivos, están intentando recabar apoyos entre el resto de accionistas. Una tarea que se prevé difícil.Primero, porque Sacyr también está desplegando todos sus encantos para convencer al resto de inversores. Un batalla donde juega con ventaja, ya que es el primer accionista del grupo. Controla casi el 33% de los derechos de voto (31,5% por su participación más el porcentaje que le corresponde de la autocatera). Esto significa que sólo necesita otro 17% para conseguir su objetivo.Albert Frère es el principal candidato. Aunque, oficialmente, sólo posee el 6,1%, algunas fuentes especulan que ha aumentado su participación hasta el 9% (no tiene obligación de comunicarlo hasta que supere el 10%). Si consigue su voto a favor, la española sólo necesitaría otro 10%, que intentará recabar entre los inversores institucionales y minoritarios.Su argumento para convencerles será la creación de valor. Por el momento, ya ha conseguido disparar un 38,3% la cotización de Eiffage en bolsa desde que entró en el capital. El jueves, cuando se supo que la española ya había alcanzado su objetivo del 30%, los títulos de la francesa se desplomaron un 9,5%. Ayer cerraron con una caída del 7,9%, hasta 121 euros por acción.Pero, aunque Eiffage consiguiera vetar a la española, ésta seguirá en el capital. No piensa vender las acciones y está dispuesta a solicitar una junta general tras otra hasta conseguir entrar en el consejo, según fuentes del grupo. Una postura que lleva a pensar que el objetivo último de Sacyr en el futuro pasa por fusionar a las dos compañías. Sobre todo, porque el grupo ya ha anunciado que no piensa lanzar una opa. De hecho, no es su estilo. Hace tres años, consiguió fusionarse con Vallehermoso y crear el gigante que es hoy con una jugada similar: comprar el 24% del grupo (límite para lanzar la opa), entrar en el consejo y acordar una fusión entre las dos compañías. Por otro lado, el vicepresidente y consejero delegado de Sacyr Vallehermoso, Manuel Manrique, elevó hasta el 8,91% su participación en la compañía, al comprar 700.000 títulos valorados en unos unos 19,01 millones de euros, según el último cierre bursátil.