Director de bodega de Numanthia, propiedad de LVHM en España Manuel Louzada forma parte de la cuarta generación de enólogos de su familia. Habla cuatro idiomas y es un gran aficionado a los viajes, algo que su puesto de director de Numanthia, bodega de LVHM en España, le ha permitido seguir practicando. ¿Cuándo decidió dedicarse al mundo del vino? ¿Cuál fue su primer contacto con él? Entré muy pequeño en el mundo de la enología, todavía se me pone la piel de gallina cuando recuerdo ese momento. A los cinco años mis compañeros jugaban y yo, sin embargo, durante la época de vendimia iba con mi abuelo a la bodega, me llevaba a catar. Primero caté vino espumante y después la uva; todavía hay dos olores que me traen muchas emociones. Uno es la uva recién cosechada, y el otro es el vino en fermentación. ¿Y su iniciación profesional? Comencé cuando salí de la universidad. Volví a Portugal para empezar a prepararme para entrar en la empresa de mi familia. Fui analista en un laboratorio, trabajé en el área de experimentación, estuve como enólogo, y también ejercí de profesor de enología. Pero llegó un momento, debe de ser el espíritu aventurero portugués, en el que quise exponerme a nuevas experiencias. ¿Fue eso lo que le llevó a Argentina? En realidad empecé a trabajar para una empresa de vino de Oporto, y cuando fue vendida me invitaron a ir a Argentina a elaborar espumante. Y mi pregunta fue: "¿Están ustedes seguros? No es lo mismo hacer vino español que espumante, más bien es lo opuesto". De Argentina me llevo una experiencia increíble, de la gente, de lo que he podido aprender, de una visión completamente diferente a la viniviticultura... pero de alguna forma puedo decir que he vuelto a la esencia, a la magia de ese terruño que es Toro. ¿Qué diferencia cree usted que existe entre el vino español y otros que haya probado en sus viajes? A nivel cualitativo, para mí el vino español, y tenemos el ejemplo de Termanthia, está entre los mejores del mundo. No debemos ser tímidos en ese sentido; España ha sido pionera en su capacidad de equilibrar lo que son los orígenes más tradicionales, como puede ser el Rioja o el Ribera, y a la vez encontrar pequeños tesoros repartidos por el país que podían elaborar vinos con una expresión diferente. ¿Qué busca en una uva? Cuando cato la uva busco dos características principales: una es la intensidad, otra es que esa uva transmita de dónde viene. Y en el momento de la cosecha busco que tenga intensidad, potencia, pero sobre todo elegancia. Es decir, la uva me tiene que mostrar por dónde va a ir después el vino. Lo que siento ahora que estoy en Toro es la frase que dijo Miguel Ángel cuando le preguntaron por La Piedad y dijo "el ángel está allí, yo sólo lo he liberado".