La filial española de Telia Sonera pretende comercializar servicios convergentes de comunicaciones fijas y móviles Yoigo y Telefónica llevan negociando desde principios de año un acuerdo que podría formalizarse en las próximas semanas, posiblemente antes de agosto. Según ha podido saber elEconomista, las conversaciones se iniciaron en el momento en el que Telia Sonera, matriz de Yoigo, confirmó que mantendría su negocio en España. Una vez que la multinacional nórdica se convenció de que no existía un comprador adecuado para Yoigo, el grupo puso en marcha un plan B para revitalizar su filial con el objetivo de alcanzar los 4,2 millones de clientes a finales de año. En ese empeño, Telia Sonera apostaba por convertir a Yoigo en un operador integrado de telecomunicaciones para así poder competir entre iguales con las referencias del mercado. Esas conversaciones todavía siguen en marcha, sin que se haya cerrado ningún acuerdo, por lo que el trabajo realizado podría esfumarse en el supuesto de que no se concreten las posiciones de ambas compañías. Los escollos no sólo son de precio sino de otras muchas cuestiones, puesto que entran en juego diversos negociados y tecnologías. Lo que parece claro es que no existen terceros en discordia que pudieran desbaratar el futuro acuerdo entre Yoigo y Telefónica. Según ha podido comprobar este periódico, ni Orange ni Ono han mantenido conversaciones con Yoigo sobre la posibilidad de ofrecer conectivad fija al operador de móvil. El portal ADSL Zone, especializado en telecomunicaciones, desveló ayer que Yoigo lanzará ADSL y fibra usando la red de Telefónica a cambio de su 4G". No obstante, de la misma información se desprende que el acuerdo todavía no está firmado, ya que ambos operadores "están analizando la posibilidad de entrar en el negocio de la banda ancha fija con un importante jugador, Telefónica, quien a su vez se nutriría de la red 4G de Yoigo, que proporcionará cobertura al 37 por ciento de la población este mismo año". Eduardo Taulet, consejero delegado de Yoigo, ya reconoció a este periódico a finales del pasado febrero la intención de su compañía de irrumpir en el negocio de fijo a través de "acuerdos comerciales con algún proveedor español, o bien acudir al mercado mayorista y actuar como un mero reventa", dijo.