Junto a la venta de un edificio en Miami, la filial Testa reduce un 7% su pasivoTesta, la gestora de patrimonio inmobiliario propiedad de Sacyr, sacrifica su joya de la corona en París para reducir deuda. Así, la compañía ha cerrado la venta de la Torre Adrià por 450 millones de euros a un fondo inmobiliario francés (OPCI). Esta venta, que se une a la operación cerrada en Miami (EEUU) de otro edifico de oficinas, permitirá a a Sacyr reducir su deuda en casi 550 millones de euros, un 7 por ciento del total. Como reconocen desde la compañía, se trata de una obra maestra de ingeniería financiera en la que Testa se queda como socio minoritario del nuevo propietario del edificio de oficinas con un 32 por ciento. En concreto, según detallaron paso por paso fuentes de la constructora, Sacyr ha ejecutado en primer lugar una reducción de capital en la filial francesa de Testa (TesFran), con la que capitaliza 225 millones. En paralelo, los cinco fondos de inversión que participan en la sociedad aportan otros 225 millones. Esto sumaría en conjunto 450 millones que permiten a Sacyr amortizar la deuda vinculada a la Torre, que era de 437 millones. De esta manera, el nuevo propietario del edificio de oficinas, ubicado en el barrio de La Defense, pasa a ser un vehículo de inversión no cotizado (REIT), en el que participan estas cinco entidades y la propia Testa, que se queda con un 32 por ciento del capital de la firma, valorada en unos 70 millones, que la empresa aporta a partes iguales entre deuda y efectivo. Con estas operaciones, su presidente Manuel Manrique cumple a rajatabla la política de ajuste anunciada a sus accionistas y que ha sido reconocida en la junta celebrada hace una semana ("Manrique ha hecho los deberes", dijo un minoritario) y premiada por los inversores. Así, en el último mes no ha parado de subir en bolsa por la adjudicación de nuevos contratos en el extranjero y los cambios accionariales. Pero sobre todo, es la venta de Vallehermoso lo que ha aportado confianza a esta política de rotación de activos de Manrique, dispuesto a centrarse en los negocios de construcción y concesiones, servicios y proyectos industriales y reducir la dependencia de la actividad patrimonial. La venta de Torre Adrià es un paso decisivo, sobre todo si se tiene en cuenta que Testa suma deudas por 640 millones. Según Sacyr, la venta se ha cerrado "en línea con la última valoración independiente realizada al edificio y por encima del saldo vivo de la deuda". La mano de Manrique Desde su adquisición en 2006 a Deutsche Bank por 560 millones, la explotación de la Torre Adrià ha generado una rentabilidad anual de más del 6 por ciento y unas rentas totales netas de 230 millones. El rascacielos situado en La Défense, distrito de negocios al oeste de París, es uno de los activos maduros que Sacyr necesitaba rotar. Según la consultora inmobiliaria CB Richard Ellis, el edificio de 54.000 metros cuadrados distribuidos en 39 plantas y un aparcamiento de 615 plazas, entre otras instalaciones, tiene un valor de mercado de 500 millones. La torre cuenta con un cliente único, la ingeniería Technip, cuyo alquiler hasta 2021 ronda los 30 millones de euros anuales. Testa concentra ahora su negocio en España, donde cuenta con una cartera de edificios en zonas prime con un 97 por ciento de nivel de ocupación y un ratio de ebitda del 80 por ciento. En 2012, Testa facturó 251 millones de euros y obtuvo un beneficio neto de 61 millones de euros.