Proponen abaratar la financiación con sus avales y sin utilizar el canal bancario Las sociedades de garantía recíproca (SGR) se movilizan contra el escaso y caro crédito que llega a las pymes. El sector en su conjunto por un lado y Avalmadrid, con carácter individual por otro, han puesto sobre la mesa del Instituto de Crédito Oficial (ICO) y del Banco Europeo de Inversiones (BEI) sendas propuestas para desatascar la financiación. Su idea descansa sobre dos variables: buscan ampliar el espectro de pymes a las que llega el crédito siendo sus avalistas y abaratar al tiempo dicha financiación, prescindiendo del circuito bancario. El sector, integrado por 23 sociedades de garantía recíprocas (SGR) y a través también de la Compañía Española de Refianzamiento (Cersa), dependiente del ministerio de Industria, ha planteado al ICO abrir una nueva línea de crédito donde podrían llegar a asumir el 100 por cien del riesgo. La idea es que ellas lleven al cliente avalado al ICO, tras efectuarle el preceptivo examen de riesgo, y que el organismo pueda financiarlas sin temer, por tanto, a impago alguno. Y, de manera excepcional y transitoria, sugieren al ICO que dé el crédito directamente para reducir el interés aplicado al cliente. Hoy una operación puede alcanzar por ejemplo un interés el 7 por ciento: el euríbor, más 3,15 puntos del coste de cesión del ICO y otros 3-4 puntos del banco. Su tesis es que si el ICO pone la financiación y estas sociedades asumen cualquier impago con el aval a cambio de una comisión del 1,5 por ciento, el banco debería reducir su precio o el ICO podría, incluso, ahorrarse dicho intermediario. Plan de Avalmadrid al BEI Avalmadrid, en paralelo, ha llevado al BEI una oferta similar: compartir con el organismo el riesgo o asumirlo en su integridad y que utilice la Cámara de Comercio como canal de financiación para abaratar el crédito -el préstamo del BEI se oferta a precios casi de mercado, cuando el organismo lo deja con un interés inferior al 1 por ciento-. Para que este plan tuviese opciones, la financiación canalizada a través de la Cámara no podría computar como déficit público, algo aún por despejar. Alternativamente, Industria analiza una opción similar con el Instituto Nacional de Industria (Inisa). Se trataría de emular al País Vasco donde el BEI financia a través de Luzaro, sociedad de préstamos participativos del Gobierno vasco, Kutxabank, Sabadell, Caja Laboral, Bankoa y la Empresa Nacional de Innovación (Enisa). La propuesta rescata un tipo de operativa ya probada por el ICO. Hace un par de años contaba con dos líneas avaladas, ahora inexistentes, aún cuando es una demanda reiterada por la banca para abrir el grifo al crédito, incluso, el del ICO. El mismo Fondo Monetario Internacional (FMI) recomienda el establecimientos de esquema de avales para hacer fluir la financiación y economizarla como plantean las SGR. Estas sociedades, sin ánimo de lucro, fueron creadas bajo el paraguas de las comunidades autónomas para procurar acceso al crédito a pymes. En 2011, últimos datos sectoriales conocidos, mantenían un riesgo vivo de 6.200 millones de euros, acumulaban 24.800 avales, contaban con 110.238 pymes asociadas y habían influído en la creación de casi 870.000 empleos.