La nueva subida de impuestos ataca a la picadura Por culpa del reciente incremento en los impuestos sobre el tabaco que aprobó la semana pasada el Gobierno, la diferencia de precios entre el tabaco de liar y las cajetillas se reduce, ya que en el caso de la picadura, la fiscalidad mínima que sufre se eleva hasta colocarse en el 75 por ciento. De esta forma, la compañía más perjudicada ha sido Altadis, que ha decretado un encarecimiento del 11,9 por ciento para su tabaco de liar y del 6,6 para las cajetillas. En la marca que más se nota el cambio es en la picadura de Fortuna, que pasa de los 12,30 a los 13,50 euros. Sus productos empaquetados aumentan todos 25 céntimos su precio, salvo Farias Mini, que solo se incrementa 20. Su competidor Philip Morris, dueño de Marlboro, L&M y Chesterfield, apuesta por no encarecer tanto sus precios, por lo que decreta una subida general de diez céntimos para todos sus productos. Detrás de esta medida se esconde la voluntad estatal de aprovechar el fuerte aumento en la demanda de tabaco de liar en 2012, ya que mientras que la facturación de cajetillas perdió 236,3 millones de euros, la del producto de liar creció 162,7 millones.