El acuerdo de refinanciación de Prisa incluye una cláusula más que esperada por el mercado: la venta de parte de su negocio audiovisual. Tras la confirmación por parte de Juan Luis Cebrián, presidente de la editora de El País, de que se iban a llevar a cabo desinversiones en dicho sector para "reducir de manera ordenada el endeudamiento de la compañía, al tiempo de facilitar la continuidad del resto de las empresas y mejorar los flujos de caja", todo el mundo miró a Canal+ y las negociaciones que el grupo de comunicación mantiene con Telefónica desde hace años. Pero, ¿le conviene a Prisa vender la televisión de pago?. A los precios actuales, no. Ante la caída de los ingresos por abonados por culpa de la crisis y el alza del IVA y el alza de los costes del fútbol por el acuerdo firmado con Mediapro, los grandes grupos no están dispuestos a pagar grandes cantidades por la filial de pago de Prisa, que ya ha asumido que va a registrar unas minusvalías importantes (con la opa valoró en más de 3.800 millones Sogecable). En concreto, News Corporation, que ha hecho una oferta, puso sobre la mesa unos 200 millones de euros y Telefónica, la favorita para hacerse con el 56 por ciento que Prisa tiene de la antigua Digital +, no está dispuesta a pagar repetir la oferta que realizó cuando se hizo con el 22 por ciento del grupo por 488 millones (el grupo que preside Cebrían vendió en 2010 el 44 por ciento por 976 millones). Tres años después, el negocio y el mercado se han deteriorado mucho y no parece que ninguna empresa vaya a pagar los 1.000 millones que, cómo mínimo, espera obtener Cebrián con la venta de lo que le queda. Es más, los analistas de Sabadell descartan esa operación "por un tema de precios". Así las cosas, si Prisa fuera capaz de colocar Canal + por 1.000 millones (todo apunta a que se venderá por la mitad), los ingresos por la venta sólo reducirían la deuda en una tercera parte y el exgigante audiovisual todavía tendrían que afrontar pagos de 2.000 millones con unos ingresos menguantes en un mercado en el que no parece que la publicidad vaya a remontar. La salida Prisa TV del perímetro de consolidación supone despedirse de más de 1.070 millones de euros de ingresos al año, el 40,5 por ciento de los 2.666 millones que facturó en 2012 y el 44 por ciento del ebitda (beneficio bruto). Además, se da la circunstancia de que con la operación pueden llegar a empeorar los ratios financieros de la compañía aunque es cierto que también dejaría de gastar 1.000 millones de euros. Con este panorama, los analistas buscan otras opciones de venta dentro del negocio audiovisual. El servicio de análisis de Sabadell plantea la posibilidad de que venda su 14,3 por ciento de participación en Mediaset con un descuento del 5 por ciento. El año pasado la cadena de Fuencarral quitó el dividendo por lo que ahora no le genera ningún ingresos directos. A esta operación suma la venta del 24 por ciento de Santillana que, a valoración de Sabadell, obtendría 776 millones de euros, el 60 por ciento de los vencimientos que tiene a marzo de 2014. El único probelma es que el negocio editor también es una de las joyas de Prisa. Mientras, el grupo trabaja contrarreloj para reducir los costes de personal de la tele de pago y facilitar su venta.