N uestros bancos no han superado la situación crítica devenida hace ya más de cinco años. Su deuda es importante y sus activos inmobiliarios muy disminuidos en cuanto a sus importes. A estas entidades descapitalizadas no se les puede pedir que concedan créditos a empresas y a nuevos emprendedores porque simplemente carecen de capital suficiente. Con este poco capital que les queda se dedican a refinanciar sus créditos a empresas casi insolventes que no pueden amortizar los préstamos que en su día se les concedieron. Además, para prestar dinero a una mediana o pequeña empresa que precisa circulante, hoy se asume un riesgo importante de impago ya que el consumo sigue bajando. Para conceder un préstamo a una empresa de nueva creación en los tiempos que corren hace falta tener dinero sobrante en cantidad, ya que la posibilidad de perderlo es elevada. Es por ello que no acude el dinero de los bancos a las empresas, ni acudirá hasta que la economía mejore y los propios bancos disminuyan sus deudas e inicien de nuevo la acumulación de capital para actuar como intermediarios del dinero. La pequeña y mediana empresa debe subsistir por sí misma, nadie le dará dinero si teme que lo puede perder. Y si no subsiste debe desaparecer. Son los nuevos negocios creados al amparo de la actual situación económica y con las reglas de juego actuales los que tienen futuro. Pero estos negocios deben crearse con capital propio y no mediante crédito porque no lo van a conseguir. Debe acudirse al capital privado y a las ampliaciones de capital para crear una nueva empresa o ampliar un negocio. Este capital existe y más ahora cuando los intereses de las imposiciones a plazo son bajos y lo serán más, y la bolsa está inquieta y desorientada. No perdamos el tiempo pidiendo dinero a quien no lo tiene, como ahora los bancos. Los emprendedores deben acudir a los particulares dispuestos a asumir algún riesgo con sus ahorros. Está por ver el papel que asumirán los bancos en el futuro, una vez superada su situación financiera actual. Da la impresión de que los fondos de inversión, necesitados permanentemente de inversiones, asumirán en parte el papel que hasta hoy les correspondía a los bancos y es posible que éstos se limiten a ser meros depositarios del dinero circulante, ganando su dinero mediante el cobro de comisiones de todo tipo. Si esto es así, se deberá crear algún tipo de empresa que asuma el papel que hasta ahora tenían las cajas de ahorros: proporcionar préstamos a las personas y pequeñas empresas, porque si se deja este sector en manos de las empresas que existen en la actualidad, empresas que rayan en la usura, la gente que precise de cantidades pequeñas caerá en el agujero.