La nueva función 14 le otorga poderes sobre casi la totalidad de empresas del sectorEl ministerio de Industria podrá vetar casi cualquier operación relacionada con el sector energético en España. La redacción de la nueva función 14 incluye las suficientes áreas de interés como para que las principales compañías del sector puedan sentirse seguras: no habrá operación que se apruebe sin contar con el visto bueno del regulador de turno. Tal y como ya indicó ayer elEconomista, la nueva función 14 ha incluido el refino, lo que supone en la práctica que Repsol, que había perdido su acción de oro después de la expropiación de YPF, vuelve a tener un escudo protector ante operaciones de compra como las que se plantearon hace un par de años por parte de empresas rusas y chinas o los rumores más recientes del creciente interés de las grandes petroleras americanas. Con esta normativa, el Gobierno también podrá inmiscuirse en el futuro de decisiones empresariales que afecten a Cepsa, BP o Galp. Cepsa, propiedad del Ippic, el fondo de Abu Dhabi, y BP son propietarias también de importantes refinerías en España y Galp cuenta con varios tanques de almacenamiento estratégico en Valencia y en Galicia. La operación también supone en la práctica blindar a CLH que posee los oleoductos y una parte importante de los almacenamientos estratégicos. El sector eléctrico, al igual que en otras partes de Europa, también mantiene ciertas cautelas a la hora de la entrada de nuevos propietarios. Concretamente, el Gobierno quiere tener controladas las centrales nucleares lo que significa en la práctica un blindaje para Iberdrola, Gas Natural Fenosa y Endesa, así como el carbón nacional, lo que implicaría incluir en este listado varias centrales de EDP y de E.ON. Más de cien distribuidoras La función 14 incluye también las redes de distribución eléctrica lo que afecta a cerca de un centenar de pequeñas empresas, casi todas ellas agrupadas en Cide, para que cualquier movimiento corporativo sea susceptible del preceptivo informe. En la misma línea se sitúa la red de distribución de gas en la que juega también un papel considerable Galp o las grandes infraestructuras gasistas, como la interconexión con Marruecos de Gas Natural Fenosa o el gasoducto Medgaz. De hecho, el Gobierno mantiene negociaciones con Argelia sobre los precios del gas natural para intentar conseguir una rebaja en los precios mientras sigue sin aprobar la operación de compra de Sonatrach de una mayor participación en dicho gasoducto. Con este cambio de normativa, la nueva Comisión Nacional de Mercados de Competencia pierde uno de sus papeles clave a la hora de arbitrar el mercado en un momento de cambios en su estructura que puede suponer la eliminación de una gran parte del personal laboral que existe en dicha institución.