La patronal AEB considera que las cláusulas suelo deben analizarse una a unaCinco años de crisis y 35 antiguas cajas y un banco auxiliados con 75.352 millones en ayudas. El Gobierno aspira a recuperar algunas, otras se han dilapidado. Hasta hoy las pérdidas se elevan a 40.042 millones, de los que 23.189 millones, más de la mitad, corren a cargo de la banca sana, detalló ayer el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín. La factura de fondos incobrables se desglosa en los 31.959 millones inyectados cuando se trató de salvar las entidades más vulnerables fusionándolas y 8.083 millones en pérdidas esperables por los blindajes entregados a Liberbank, Sabadell y BBVA cuando se adjudicaron CCM, la CAM y Unnim -si usan toda la cobertura el agujero ascendería aquí a 22.734 millones-. No se incluye como pérdidas los 34.333 millones recibidos desde Europa por ocho grupos de antiguas cajas, aunque en círculos bancarios están convencidos de que las nacionalizadas (Catalunya Banc, Novagalicia y Bankia, receptoras del 94,5 por ciento de esos recursos) volverán a requerir fondos. Otros costes para la banca son los 1.975 millones para comprar acciones de Novagalicia y Catalunya Banc a sus preferentistas y 2.382 millones invertidos en el banco malo o Sareb. La AEB demandó desde el inicio dejar caer o vender las entidades inviables. Martín lamentó ayer que "se identificaron muy pronto", con los primeros fondos entregados en 2009 y redoblados en derramas ulteriores. "Se sabe muy bien las fallidas y se sabe muy bien que el paso del tiempo no arregla el problema, lo aumenta, porque están mal diseñadas", denunció en un curso de la Apie en la UIMP. El interminable salvamento y las cuantiosas pérdidas encajadas por los clientes por mala comercialización de productos ha empañado la imagen del sector. Martín reconoció que el reto de la banca es "recuperar la reputación de que sólo se actúa en interés del cliente", y el negocio "no es engañarle". Un reto ahí es como maneje la condena del Tribunal Supremo a las cláusulas suelo opacas. Solo obliga a suprimirlas en BBVA, Cajamar y Novagalicia, pero el Gobierno ha ordenado al Banco de España vigilar la transparencia en todos los préstamos. El presidente de la AEB defendió el análisis de cada caso de forma individual con la convicción de que los contratos que no reúnan los mínimos de transparencia serán suprimidos por las propias entidades. Lamentó la "enorme confusión" producida con estas condiciones y defendió que son "claramente beneficiosas para la sociedad, la estabilidad financiera y los prestatarios" en la medida que evitan la "variabilidad indeseada de los tipos" de interés. "El cómo se ha trasladado que es un producto tóxico y nocivo es una cosa que yo no entiendo", censuró y recordó que el Supremo condena la mala comercialización pero reconoce que la cláusula es legal. El Banco de España llegó a calificarlas de "un gran invento".