Soria anuncia el cese pero a la vez alude a una excepcionalidad para evitarloLa central nuclear de Santa María de Garoña se ha convertido en el juguete que arrojar desde el Ministerio de Industria a las operadores de la central, Endesa e Iberdrola, y viceversa. La incertidumbre sobre la continuidad de la planta se mantiene a pesar de que falta menos de un mes para el cierre definitivo, en tanto que no se ha autorizado la prórroga de la fecha del cierre según los plazos que contempla la normativa. La gota que colmó el vaso la puso ayer el ministro de Industria, José Manuel Soria, con una intervención de lo más confusa en la que si bien anunció el cese definitivo de la planta, también aseguró que el Ministerio está estudiando fórmulas para aplicar un procedimiento excepcional para que la central pueda continuar. Durante su intervención en el Pleno del Congreso, el ministro explicó que el Gobierno no ha modificado la orden ministerial de 2012 que revocaba la fecha del 6 de julio de 2013 como fecha de cese definitivo de la explotación de esa central (tal y como solicitaban las eléctricas con el objetivo de que se le concediera un nuevo plazo). Este cambio en la normativa no se ha producido por no cumplir con los plazos previstos en la ley que regula el procedimiento administrativo. No obstante, técnicamente, y según fuentes consultadas por este diario, el Gobierno sí que habría tenido tiempo suficiente para modificar la orden. En cualquier caso, a renglón seguido Soria apuntó que se está analizando la situación en relación con los aspectos relacionados con la regulación de ese cese definitivo y de explotación, ya que el cese no se produce por razones de seguridad nuclear, "sino única y exclusivamente" responde a razones económicas. "Es lo que está estudiando el Ministerio", ha apostillado. Una vez más, señaló que la intención del Gobierno es ser favorable a la continuidad de las plantas nucleares, siempre y cuando el Consejo de Seguridad Nuclear determine que uno de los ocho reactores o todos los reactores españoles pueden seguir funcionando. Entre tanto, las eléctricas siguen manteniendo que la operación de la central en inviable económicamente debido a las nuevas inversiones que se deben realizar tras las nuevas exigencias por el accidente de la central de Fukushima, en Japón, y las nuevas tasas de la reforma. La solución que ofrecen las compañías es que se alargue la vida de todas las nucleares para que se puedan amortizar las inversiones. Tras las declaraciones de Soria la preocupación de los trabajadores de la zona se acrecentó. Así, el presidente del Comité de Empresa de la central, Alberto César González, aseguró que la organización centrará sus esfuerzos en que ningún empleado de la planta quede "desprotegido", mientras que IU en Castilla-La Mancha pidió un plan de reindustrialización y UGT lamentó que el cierre supone la "puntilla definitiva" a la comarca y criticó que el PP eluda su responsabilidad. Y es que la continuidad de Garoña fue uno de los puntos fuertes del programa electoral de este Gobierno e incluso Marino Rajoy hizo gala de la apuesta por la nuclear de su partido, lo que oficializó con una visita a la planta.