El plazo del apoyo europeo a las entidades vence en enero, tres meses después de que la troika visite de nuevo EspañaEconomía descarta que España vaya a necesitar una prórroga de la ayuda europea a la banca. El número dos del Ministerio, Fernando Jiménez Latorre, aseguró ayer que "nada hace pensar que sea necesario prorrogarla", en relación a las declaraciones realizadas hace unos días por el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, quien explicó que el Gobierno podrá decdidir en octubre si solicita la ampliación del préstamo europeo a nuestras entidades. Entonces, en octubre, está prevista una nueva visita de la troika (FMI, BCE y Comisión Europea) a nuestro país; en todo caso, será tres meses antes de que venza esa ayuda, que estará disponible hasta mediados de enero de 2014. En el Ministerio no ven necesario solicitar más apoyos para el sistema financiero español, primero porque no creen que la situación de las entidades así lo exija y en segundo lugar porque las previsiones oficiales apuntan a una mejora de las condiciones económicas en el segundo tramo del año. A la vez, esta ampliación no sería posible a tenor del acuerdo firmado el 9 de junio de 2012, hace justo un año, con los socios europeos, el conocido como Memorándum de Entendimiento (MoU), que en el apartado de Modalidades determina que "la duración de este programa se calcula en 18 meses". Por si fuera poco, la ampliación requeriría no sólo de la autorización de la troika, sino también del Eurogrupo, del Parlamento Europeo y, además, serían necesarios nuevos test de estrés a la banca. Sin embargo, si la situación económica empeora, España sí podría solicitar nuevamente ayuda financiera, de forma que nuestro país tenga más fondos europeos a su disposición y esto último no implicaría necesariamente que vaya a recurrir a ese capital. Partidarios de ampliarlo Los expertos consultados por elEconomista son partidarios de solicitar una ampliación de esa ayuda, no tanto por la vía de solicitar una prórroga del rescate como por la de requerir más fondos (España pidió, finalmente, en torno a 40.000 millones de los 100.000 millones disponibles en esa línea). José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, advierte de que el crédito no llega a la economía real, a familias y empresas, precisamente porque la banca está descapitalizada y no puede sanear la morosidad de sus balances a un ritmo adecuado. En su opinión, sería necesario solicitar más capital a nuestros socios y el Gobierno comete un grave error al no reconocerlo dado que "cada crédito impagado y cada vivienda que entra al sistema financiero supone menos dinero para las pymes". Incide en que retrasar la solicitud de más fondos "sólo empeorará la enfermedad de nuestro sistema financiero". En el mismo sentido, Santiago Carbó, catedrático de la Bangor Business School de Londres, es partidario de solicitar una ampliación del préstamo a la banca "sólo como garantía, no para utilizarlo". Carbó considera que esto ayudaría a calmar las suspicacias de los mercados y sería una opción positiva, dado que España no ha salido aún de la recesión (el PIB se contrajo un 0,5 por ciento en el primer trimestre) y "no tenemos capitalizado ni el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), ni el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob)".