T iene sentido que Europa instale más potencia solar en Alemania que en España? La respuesta es no, según un informe elaborado por la compañía Siemens, del que acaba de hacer público un adelanto. El desarrollo de la política energética en Europa no se realiza de forma coordinada. Alemania despliega su política y España la suya. Y en ambos casos, cada gobierno, de cada signo político, implementa sus medidas. Sin embargo, poner en marcha instalaciones de energías renovables en ubicaciones erróneas puede implicar "inversiones innecesarias por valor de 45.000 millones de euros de aquí a 2030", según el informe elaborado por la compañía alemana. La multinacional ha analizado los sistemas de generación de electricidad de toda Europa y, en lo que se refiere a los planes de expansión de las energías renovables, ha identificado un "potencial considerable para la optimización", potencial que pasa por saber elegir los emplazamientos de las instalaciones, que están bien identificadas geográficamente. Siemens está trabajando en cooperación con la Universidad Técnica de Múnich en esta investigación que excede el ámbito europeo. El objetivo es averiguar el grado de utilización que hacen los sistemas energéticos de los recursos disponibles, la finalidad de suministro, la sostenibilidad de esos sistemas y la eficiencia en cuanto a costes. De momento, el avance de su informe destaca las que considera "palancas" clave para optimizar los sistemas energéticos de todo el mundo y cuya eficiencia depende "de las características regionales de las redes y parques de generación de electricidad". La primera de ellas es la optimización local de las instalaciones renovables de generación de energía eléctrica, lo que significa "explotar los potenciales de generación de electricidad limpia al máximo e implica encontrar las mejores localizaciones para las instalaciones solares, los sistemas de bombeo para almacenamiento de hidroelectricidad y los parques eólicos", además de prestar especial atención a la expansión de redes. La segunda palanca pasa por mejorar la eficiencia de los sistemas eléctricos como un todo. Un ejemplo: la media de eficiencia de las centrales termoeléctricas de carbón en Europa es de solo el 38 por ciento, mientras que las centrales más modernas pueden alcanzar el 46 por ciento. "La instalación de equipamientos eléctricos más eficientes en la industria y los hogares podría recortar las emisiones de CO2 y los costes en un porcentaje aún mayor". La tercera pata serían mejoras en el mix energético. "Transitando desde el carbón y el fuel hacia el gas -propone el informe de Siemens- reduciríamos considerablemente los volúmenes de dióxido de carbono emitidos por la generación eléctrica convencional". Y la cuarta pata: un mayor empleo de la energía eléctrica para las necesidades energéticas: "Siemens propone sistemas de calefacción eléctrica de alta eficiencia, en regiones con amplia cobertura de red eléctrica". Los países europeos están bien posicionados en la transición a un modelo energético sostenible. Lo que no existe es una política coordinada. "Combinar los intereses de los gobiernos nacionales con un sensato desarrollo del sector ha de ser una prioridad de la política de la Unión Europea", según afirmaba el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, en un artículo publicado en el diario inglés Daily Telegraph. Los países europeos se encuentran bien posicionados en la transición a un modelo energético sostenible. Suecia, Noruega y Francia se sitúan a la cabeza del EAPI Ranking 2013. El ranking de los diez países lo completan España, en novena posición, y Reino Unido, en la décima. Este ranking está contenido en el Informe del Índice de Comportamiento de la Arquitectura Energética Globa, publicado por el Foro Económico Mundial (FEM) el pasado 11 de diciembre, y ha sido diseñado para ayudar a los países a dirigir el cambio a nuevos sistemas energéticos. Sin hoja de ruta interna La falta de coordinación interna de cada país tampoco ayuda. España ha pasado de abanderar las energías limpias a liderar el hundimiento de la inversión en renovables en todo el mundo. Según un estudio de Bloomberg New Energy Finance (BNEF), el volumen de inversión en energías limpias en todo el mundo cayó en 2012 un 11 por ciento, hasta los 302.300 millones de dólares (unos 227.000 millones de euros). España lidera la caída: la moratoria en nuevos subsidios a la energía limpia ha provocado un retroceso del 68 por ciento. Las primas a las renovables, que llegaron a alcanzar unas dimensiones astronómicas, ha tenido un efecto contrario. Según la última estadística disponible por Eurostat, España ha dedicado el doble que la media europea a financiar las energías renovables. Es más, es el país que más presupuesto ha dedicado a incentivar las tecnologías verdes. Los datos de Eurostat, correspondientes a 2010, muestran que dichos incentivos alcanzaron los 5.371 millones de euros, una cifra que suponía el 0,5 por ciento del PIB de nuestro país. El modelo de incentivos a la energía solar ha sido cuestionado por un análisis del Banco Mundial, al que ha tenido acceso elEconomista, que sí elogia el modelo de financiación puesto en marcha para la energía eólica. El informe valora que España ocupe un lugar significativo en el ranking de países con más renovables, ya que aglutina el 75 por ciento de la energía solar fotovoltaica en el mundo y el 45 por ciento de la capacidad eólica, y emplaza a desarrollar medidas políticas para atraer la inversión al país.