El banco malo o Sareb ha logrado deshacerse en tres meses de 1.350 viviendas. Éste es el primer balance de la compañía que preside Belén Romana, constituida a finales del ejercicio pasado. Esta cantidad supone que en este periodo, que va desde el último traspaso de activos en febrero hasta ahora, se ha desprendido del 2,3 por ciento de la cartera de pisos. A este ritmo, acabaría con el stock antes de sus quince ejercicios de vida, aunque en estas ventas no se incluyen otros activos, como suelo, centros comerciales u hoteles, ni tampoco prés- tamos al promotor. Del total de la desinversión, hay operaciones cerradas (550) y las restantes que está muy avanzadas, a falta de la escritura. Además, una comunicación de la Sareb adelanta que ha recibido ofertas preliminares por otras 2.200 viviendas, sin tener en cuenta las propuestas conseguidas en el salón inmobiliario de Madrid celebrado el pasado fin de semana. Las ventas, canalizadas a través de las entidades nacionalizadas y que han percibido ayudas públicas, no sólo se limitan a pisos. Hace una semana anunció la desinversión del primer préstamo sindicado. La deuda correspondía a Metrovacesa y su importe ascendía a 35 millones. Las ventas, unidas a los intereses que cobra por los créditos y las rentas por alquileres, elevan los ingresos obtenidos por el banco malo en los cinco primeros meses a 500 millones de euros. Fondos de inversión La compañía tiene en marcha otros proyectos para acelerar lo máximo posible las ventas y ha puesto en el mercado el primer lote de activos para que lo adquieran inversores institucionales, principalmente fondos. Esta semana está previsto que éstos presenten las primeras propuestas, con el fin de que a finales de julio se cierre esta operación por un valor de unos 200 millones de euros. En cuanto a los alquileres, que representan otro punto estratégico en su plan de negocio, la Sareb acumula ya 8.000 inmuebles bajo este régimen. La cuarta parte de los ingresos los ha obtenido, de hecho, por este tipo de operaciones. Su presidenta sostiene que la empresa "está dando los pasos precisos y necesarios para cumplir con el mandato otorgado" y destaca que desde su nacimiento ha detectado "un gran interés de los inversores por sus productos". A pesar de este optimismo, la Sareb tiene numerosos riesgos. Uno de los principales ahora es si el Frob y Economía deciden que tiene que absorber más activos de las entidades rescatadas. Esto supondría un aumento de su capital y un nuevo ajuste en su plan de negocio.