Se dota de un código de conducta para atajar conflictos de interés Ni aceptar invitaciones ni aspirar a comprar un piso del banco malo o Sareb. El vehículo presidido por Belén Romana se ha dotado de un Código de Conducta interno con medidas para garantizar la integridad, la transparencia y el comportamiento cívico en sus actividades, que establece reglas diáfanas de comportamiento para sus trabajadores. La Sareb, que hoy celebra su primera junta de accionistas desde su creación a finales de 2013, impide de forma taxativa a su directiva y al resto de empleados con acceso a información reservada alquilar o comprar sus activos. Una prohibición que hace extensiva "a los miembros de su entorno familiar más inmediato", informó ayer la sociedad. Las precauciones llegan a prohibir la aceptación de regalos e invitaciones de clientes, proveedores o cualquier otra persona con pretensiones de emprender negocios con la Sareb. Saltarse el Código dará lugar a sanciones disciplinarias. Fija medidas para evitar la intervención de empleados en decisiones donde surjan conflictos de interés y obliga a aquellos con posiciones relevantes a detallar las personas de su entorno y con las que comparte intereses económicos. Obliga también a salvaguardar la información interna y denunciar usos inapropiados. Incorpora mecanismos para prevenir cualquier forma de fraude, corrupción o blanqueo, y fija pautas de conducta para las relaciones con proveedores. Entre ellas, que la Sareb promoverá la rotación y evitará la concentración de facturación en un mismo proveedor.