La liquidez inyectada a entidades españolas se reduce por octavo mes, hasta 265.077 millones La banca española avanza en el difícil proceso de desengancharse de la manguera del Banco Central Europeo (BCE) de la que vive prácticamente encadenada casi desde que la crisis irrumpió en escena, cercenando las fuentes tradicionales de captación de recursos. Su deuda con el organismo dirigido por Mario Draghi volvió a reducirse en abril por octavo mes consecutivo: cayó de 270.941 millones a 265.077 millones de euros, según las estadísticas difundidas ayer por el Banco de España. La factura mengua en escasos 5.864 millones en el mes estanco pero certifica la vuelta a cotas previas a la crisis de Bankia. La sorpresiva nacionalización del grupo devolvió la desconfianza sobre la salud del conjunto de la industria y propició un nuevo cerrojazo de los mercados que forzó a la banca a demandar hasta 402.185 millones en liquidez al banco central en julio y que en agosto escalaría al récord de 411.654 millones en plenos ataques especulativos contra la deuda pública española. La apertura de los mercados a la vuelta del verano gracias precisamente al compromiso de Draghi de combatir el ataque a la deuda han facilitado el camino inverso. Y en lo que va de año, la banca ha reducido su dependencia del BCE en 92.215 millones, siendo alrededor de unos 55.000 millones por devolución antes de plazo de parte del préstamo de emergencia a tres años dispensado por el organismo a las entidades europeas en plena asfixia de liquidez. En paralelo con el reembolso de parte de la financiación extraordinaria se ha vaciado la hucha de los fondos que las entidades tienen aparcados en el BCE por razones de prudencia ante imprevistos. El saldo depositado por la banca española se redujo a 7.862 millones en abril frente a los 47.385 millones acumulados al arrancar el año, poco antes de devolver parte de la liquidez de emergencia. El recurso al BCE se ha aliviado gracias a la tregua de los mercados, aprovechada por numerosas entidades para levantar recursos con emisiones mil millonaria de distintos títulos de deuda. Tregua de los mercados La demanda media de crédito solicitada por la banca española al BCE supone ahora, con los datos de abril, un 30,18 por ciento de los 878.060 millones prestados al conjunto de la industria en Europa. Se aleja del 34,07 por ciento que llegó a acumular en agosto, aunque el coeficiente es aún casi el triple de lo que correspondería a la banca española en relación al peso del sector en el Continente. Y es que el comportamiento general del resto de la banca europea ha sido similar. Una menor apelación permitó al BCE reducir la liquidez bruta inyectada a 878.060 millones, frente al 1,21 billones dispensado en agosto. Las entidades tenían 120.571 millones aparcados en su ventanilla de depósito, frente a los 493.787 millones máximos de julio pasado.