Medel, de Unicaja, y Fernández, de Kutxabank, también están afectadosEl anteproyecto de ley de Cajas y Fundaciones Bancarias que aprobó ayer el Gobierno obligará a los presidentes de las cajas de ahorros a decidir entre permanecer en la presidencia de las fundaciones bancarias o quedarse en la presidencia de sus bancos filiales. Esta medida afectará a las tres entidades españolas cuyas fundaciones controlan bancos filiales: La Caixa, Kutxabank y Unicaja. De esta manera, el presidente de CaixaBank y La Caixa, Isidro Fainé, así como los presidentes de Unicaja Banco, Braulio Medel, y Kutxabank, Mario Fernández, tendrán que elegir entre la presidencia de la fundación especial y la del banco. El anteproyecto de ley, que ahora inicia su trámite parlamentario donde aún puede ser modificado, da de plazo un año desde la entrada en vigor para que los miembros de los órganos de gobierno de las cajas renuncien a formar parte de uno de los dos consejos de administración en los que ahora están presentes. El objetivo del Gobierno es cumplir con las peticiones de la Unión Europea para que las fundaciones bancarias reduzcan el peso y la capacidad de decisión que tienen en sus filiales. El texto acordado por el Consejo de Ministros implica la transformación en fundaciones bancarias de la mayoría de las cajas, a excepción de Caixa Pollensa y Ontinyent. En función del porcentaje de participación que la fundación mantenga en sus filial bancaria el control será mayor o menor. Además, estarán sujetas al control estricto del Banco de España, en el marco de sus funciones de supervisión financiera, mientras que será el Ministerio de Economía el que ejerza el control de los órganos de gestión si la fundación bancaria opera fuera de su comunidad autónoma. Las fundaciones con una participación superior al 30 por ciento en una entidad de crédito deben presentar al Banco de España para su aprobación un protocolo de gestión de su participación en el banco; el supervisor establecerá los criterios de gestión de la participación de la fundación en el banco, las relaciones entre ambos, las normas sobre operaciones vinculadas y el plan financiero para cubrir necesidades de capital. En cuanto a las fundaciones bancarias con una participación superior al 50 por ciento o que ostenten posiciones de control en una entidad de crédito, estarán obligadas a presentar en su plan financiero una estrategia de diversificación de inversiones y gestión de riesgos que evite la concentración de activos. Además tendrán que contar con un Fondo de Reserva para hacer frente a posibles necesidades de recursos propios y garantizar la liquidez. Estas fundaciones no podrán intervenir en procesos de ampliación de capital de su participada y sólo podrán aprobar el reparto de dividendo con un quórum y mayoría reforzados (presencia del 50 por ciento del capital en primera convocatoria).