Las entidades han anticipado la reclasificación de la cartera y la hucha en provisiones cubre en un 17% el volumen totalLa revisión pormenorizada de las operaciones refinanciadas encomendada por el Banco de España a la banca para estar seguro de que no etiquetan créditos en dificultades bajo la apariencia de sanos tendrá un impacto asumible para el conjunto de la industria, estiman fuentes del sector. La razón es que las entidades cuentan con provisiones que cubren de promedio en un 16-17 por ciento el importe de todas las refinanciaciones en balance, estén o no al corriente de pago. La normativa en vigor exime de efectuar dotaciones si la operación es normal -al corriente de pago-, pero exige acumular un colchón equivalente al 20 por ciento del importe prestado si es financiación subestándar -en riesgo de sufrir dificultades futuras para el cobro- y del 100 por ciento si es dudosa -morosa-. El Banco de España no ha variado dichas reglas, sino establecido guías objetivas para calificar una operación dentro de esas tres categorías y exige a la banca revisar si la reclasificación de su cartera es o no correcta en base a las nuevas definiciones. Con las nuevas reglas y por defecto, todos los créditos seran subestándar, salvo que reúnan condiciones espefíficas para que se puedan etiquetar como normales o deban clasificarse como dudosos. La banca tiene hasta el 30 de septiembre para revisar las carteras. Bajo la hipótesis de que toda la posición quedase con la etiqueta inicial de subestándar, la banca tendría que elevar el colchón de dotaciones desde el 17 actual a un 20 por ciento. Y en el caso acotado de los bancos cotizados eso representaría un esfuerzo de entre el 3.500 y 5.000 millones, según estimaciones de distintos analistas que cifran el volumen refinanciado en una horquilla de entre 111.000 millones y 150.000 millones de euros. De acuerdo a esos cálculos, el impacto sería limitado, ante la improbabilidad también de que ninguna operación quede como normal o al corriente de pago. Para que las operaciones refinanciadas se consideren como riesgo normal y sigan exentas de dotaciones, deben existir evidencias claras de que es altamente probable la recuperación de la deuda -que la deuda no exceda el 50 por ciento de los ingresos del cliente o la existencia de nuevos y solventes avalistas-. Los bancos aseguran en sus informes anuales que aplican políticas sumamente conservadoras en la calificación de los préstamos. El análisis de Oliver Wyman afloró la problemática sobre las refinanciaciones y el Banco de España obligó en ese momento a provisionarlas.