El fondo Anchorage se convertirá en el primer accionista con el 26%El consejo de administración de La Seda de Barcelona, que preside José Luis Morlanes, ha llegado a un preacuerdo con el fondo especulativo Anchorage para refinanciar el crédito sindicado que la compañía tiene vencido desde hace dos meses. El preacuerdo, que ahora debe ser ratificado por los bancos y por la junta de accionistas, supondrá que los acreedores pasarán a controlar el 82 por ciento de las acciones de La Seda a cambio de la conversión en capital de créditos por valor de 117 millones de euros. De ratificarse el acuerdo, Anchorage contará con un participación directa del 26 por ciento del capital y se convertirá en el primer accionista. De esta forma, el fondo evitará la obligación de lanzar una opa sobre el cien por cien del capital de la química catalana. Sin embargo, el control real de Anchorage será mucho mayor, ya que es el garante de un nuevo préstamo por valor de 30 millones de euros que será considerada "deuda super senior", es decir, con mayores garantías que incluso el préstamo sindicado. Con estos 30 millones, La Seda debe hacer frente a una nueva etapa, que supondrá una reorganización societaria e implicaría la separación operativa y financiera de los negocios de embalaje de plástico (packaging), de un lado, y de PET y reciclado, de otro. Previa a la ampliación, La Seda deberá aprobar una operación acordeón que reducirá su capital para compensar pérdidas y que supondrá fuertes deterioros tanto para los pequeños accionistas de la compañía como para el grupo portugués BA Vidro, que actualmente es el primer accionista con un 18 por ciento del capital. BA Vidro, controlado por el expresidente de La Seda Carlos Moreira, considera que la intención de Anchorage es trocear la compañía para luego venderla y acusa al fondo de carecer de un plan industrial que garantice el futuro de los puestos de trabajo de la sociedad.