Damm estudia impugnar el órgano: el presidente tiene cuatro puestos y tiene derecho sólo a dosVendió justo antes del preconcurso por más de 32 millones y no informó tampoco a la CNMVDesafío en toda regla del presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, a la CNMV. El empresario gallego admitió ayer en un comunicado que poco antes de presentar el preconcurso de acreedores vendió un 7 por ciento de la compañía -redujo su participación hasta el 7,4 por ciento- sin comunicarlo al supervisor, tal y como establece la Ley del Mercado de Valores. Pero no sólo eso. Además, se lo ocultó también al consejo de administración para mantener la mayoría. Controla directamente cuatro de los doce puestos -los ocupan él, su hermano Fernando, su hijo Pablo Fernández-Andrade, y un directivo, Jesús García, que lleva en Pescanova desde 1964- cuando le corresponderían sólo dos. Eso, además de tener también el apoyo de otros tres administradores: el exconsejero delegado, Alfonso Paz Andrade, el independiente Robert Willians y la dominical Ana Belén Barreras. elEconomista informó ya el 5 de abril que Sousa estaba vendiendo acciones para superar los problemas de liquidez -sus patrimoniales acumulan una deuda de 55 millones- y el pasado viernes adelantó, además, que la CNMV había procedido a la apertura de una investigación. Pescanova aseguró ayer que estas ventas, por más de 32 millones, le generaron importantes pérdidas, pero que lo hizo para "poner su patrimonio a disposición de la compañía con el fin de resolver los urgentes problemas de liquidez". Olvidando la obligación de hacer públicos sus movimientos accionariales, la pesquera insistió en que "el esfuerzo económico que hacía el presidente tiene sentido solamente desde el compromiso con la compañía". Todo ello después de haber ocultado deuda por un importe de 1.400 millones, de mentir al supervisor sobre los resultados del consejo de administración celebrado el pasado 14 de marzo -dijo que se había aprobado por unanimidad la reestructuración financiera cuando tres de los doce consejeros se habían posicionado en contra- y de negarse a facilitar las cuentas a los miembros del máximo órgano ejecutivo. Pero el órdago no ha terminado aquí. Pescanova volvió a incumplir ayer el ultimátum lanzado por la CNMV y no envió las cuentas del segundo semestre firmadas por todos los consejeros. El organismo que preside Elvira Rodríguez se lo había exigido en varias ocasiones después de que el gigante de los congelados gallego incumpliera el plazo previsto para todas las empresas cotizadas, que concluyó el pasado 28 de febrero. Con ello se arriesga no sólo a que la Fiscalía abra una investigación, algo que podría hacer incluso de oficio, sino a que la empresa sea incluso intervenida por la propia CNMV ante el cúmulo de infracciones muy graves y la constante vulneración de la normativa vigente. En un comunicado aparte, Pescanova desveló ayer también que ha presentado ya en el juzgado de lo mercantil de Pontevedra la solicitud de concurso voluntario de acreedores aprobada el pasado el pasado 5 de abril con el voto en contra de cinco de los doce consejeros, que también se opusieron a la destitución del auditor de cuentas de la sociedad. Según han confirmado fuentes financieras, la compañía se ha quedado ya prácticamente sin liquidez y empieza a tener muchos problemas para atender los pagos y la gestión del día a día. Una de las primeras consecuencias ha sido la retirada, desde ayer, de los 17 trabajadores que realizaban servicios de seguridad en la planta principal de la compañía, en Chapela-Redondela (Pontevedra), aunque hay impagos con otros muchos proveedores, como la empresa encargada de la limpieza. "Urge liquidez, la empresa necesita un crédito puente de entre 50 y 60 millones de euros para pagos a proveedores, impuestos y necesidad circulante", explican las fuentes consultadas. El problema es que, aunque parte de la banca acreedora, sobre todo la española, estaría dispuestas a materializar esa inyección de capital, se niega a hacerlo si el presidente no facilita antes las cuentas, tal y como se le ha reclamado. Pescanova ha contratado como auditor forensic para supervisar sus estados financieros y analizar si ha habido un posible fraude a KPMG, la firma que trabajaba como asesora financiera para la banca acreedora. BDO, encargada hasta ahora de auditar las cuentas, rechazó ayer mientras tanto en un comunicado a la CNMV su revocación al considerar que no ha incumplido sus obligaciones ni ha incurrido en un supuesto de mala praxis, y se ha ofrecido a continuar con el trabajo de revisión de las cuentas. Eso sí, la auditora insistió en que necesita la información contable que Pescanova se niega a darle. Bestinver vende acciones El temor ante lo que pueda pasar sigue extendiéndose mientras tanto en el mercado. Ayer, en la conferencia anual de inversores de Bestinver, ante más de 1.500 personas, Francisco García Paramés, responsable de gestión de la firma, reconoció "que desde el 4,4 por ciento que manteníamos en Pescanova hemos ido bajando la posición hasta el 1,5 por ciento, porque nos dimos cuenta que la compañía era incapaz de reducir su deuda". La cotización seguirá mientras tanto suspendida sine die, sobre todo ahora que puede intervenir la Fiscalía en el caso.