Fernández Sousa desinvirtió ya en 2012 y lo volvió a hacer a comienzos de añoEl presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, pierde fuerza en el gigante de los congelados gallegos. Según han confirmado fuentes próximas al consejo de administración de la empresa, habría parte de sus acciones y bonos convertibles para afrontar problemas puntuales de liquidez antes de declarar el preconcurso el pasado 28 de febrero y de que la CNMV suspendiera la cotización de la compañía. Fernández de Sousa se había desprendido ya de un 0,55 por ciento de la compañía en los últimos meses del pasado año, según consta en los registros oficiales de la CNMV, pero podría estar así afrontando nuevas desinversiones a lo largo de 2013. Su participación real sería ya con ello menor de la declarada, que se eleva en estos momentos al 14,4 por ciento. Su posición por lo tanto es de máxima debilidad ante los tres accionistas que cuestionan ahora mismo su gestión -Damm, Luxempart e Iberfomento- suman en conjunto un 15,37 por ciento de las acciones. Tal y como adelantó elEconomista el pasado lunes, las sociedades patrimoniales del presidente de Pescanova -Inverpesca y Sociedad Anónima de Desarrollo y Control (Sodesco)- suman una deuda de más de 55 millones de euros. La venta de acciones se estaría llevando a cabo precisamente para afrontar la deuda asumida para hacer frente a los derechos de suscripción preferente que llevó a cabo en la última ampliación del capital, el pasado mes de junio. Los problemas de liquidez explicarían además la decisión de Fernández de Sousa de subirse el sueldo hasta un 250 por ciento en el consejo de algunas de las filiales del grupo. Es lo que hizo, por ejemplo, en 2011 en Insuiña, hasta 84.153 euros; en Frivesca Chapela, donde la retribución aumentó un 240 por ciento, hasta 102.615 euros y en Pescanova Alimentación, con una subida del 206 por ciento, a 92.308 euros. Y algo que parece generalizado en toda la estructura societaria, al menos donde figuran él y su hijo, Pablo Fernández Andrade. Del mismo modo, en la matriz hubo un incremento del 15 por ciento en el primer semestre, hasta 1,37 millones de euros, frente a 1,19 millones del último semestre del año anterior. La banca, a la espera Por su parte, la banca acreedora de la compañía se mantiene a la espera de que KPMG, a la que ha contratado como asesora financiera, puede clarificar el mapa completo de su deuda para poder negociar su reestructuración. Las entidades están dispuestas a la concesión de un crédito urgente de 50 millones con el fin de que no haya demoras en sus pagos, aunque es posible que las necesidades de la firma en este sentido sean más elevadas y superen incluso los 100 millones. A cambio, piden transparencia.