Ampliación de capital, dación o aplazamiento de pago... todo menos ir a concursoLa refinanciación de Realia camina con paso de Semana Santa. Hasta el último minuto vale para evitar la liquidación de la inmobiliaria que hoy agota el plazo dado por sus acreedores para refinanciar una deuda de 850 millones de euros. No obstante, aunque la compañía celebró ayer su consejo de administración ordinario a puerta cerrada, fuentes cercanas a la casa aseguraban que no habrá necesidad de ir al concurso de acreedores, sobre todo si se tiene en cuenta que el Estado (en concreto la Sareb y Hacienda serían los más perjudicados) no puede permitirse otra quiebra tras las protagonizadas por Reyal Urbis, en febrero, y la de Renta Corporación, la semana pasada. Realia necesita reestructurar 847 millones de euros (lo que supone el 39 por ciento del endeudamiento neto total de 2.168 millones con que la compañía cerró el ejercicio 2012). Las fuentes consultadas por elEconomista dan por seguro que la negociación se cerrará con éxito debido a su menor endeudamiento y, sobre todo, a su apuesta por el patrimonial, donde ya tiene el 80 por ciento de su negocio. Pero, ¿cuáles son los alternativas que hacen viable la continuidad de la inmobiliaria? En primer lugar, aunque no por ello la más segura, es que hoy se cierre un principio de acuerdo con los bancos para aplazar el pago de este pasivo en tres años. Los acreedores - Sareb, con 440 millones provenientes de Bankia, Santander, con unos 100, Sabadell, con 120, CaixaBank, con 50, Barclays, con 40, y Kutxa, con 15 millones de euros- firmarán un stand still, es decir, un pacto durante la refinanciación entre deudor y acreedores en la que el deudor se obliga a no presentar concurso de acreedores y los acreedores se obligan a no emprender acciones legales o requerir de pagos al deudor hasta la finalización del proceso de negociación y reestructuración de la deuda. Se aplaza el pago, pero no los intereses, uno de los puntos que puede dar más problemas, y que abre la vía a otras soluciones como la dación en pago. Así, no se descarta el riesgo de venta de activos y/o ampliación de capital (en cualquiera de sus formas). Desde Realia siempre se ha presumido de la salud del negocio patrimonial, cuya deuda vence en 2017. De hecho Ignacio Bayón puso como garantía para crédito el 76,3 por ciento de la participación en Realia Patrimonio, que controla la filial Siic de París. La francesa, que obtuvo en 2012 un beneficio de 46,3 millones, un 8 por ciento más, cuenta con activos formados por 32 edificios y más de 1.600 plazas de aparcamiento, con una superficie alquilable de 185.102 metros cuadrados. Sin quitas Otras posibilidades que también se han barajado en estos tres últimos meses, y que parece que ya no están sobre la mesa, son una quita de deuda, algo de lo que la banca no quiere ni oír, u ofrecer los terrenos sobre los que pesa el crédito como pago y dejar una deuda de 100 millones. Realia está pagando caro sus excesos en el ladrillo: en sólo cinco años ha comercializado un 88 por ciento menos de pisos (el año pasado cerró 126 ventas) y ha despedido a casi el 50 por ciento de su plantilla. El vía crucis no acaba hoy.