La constructora española buscará el apoyo del financiero Frère para desbloquear su entradaEn el consejo de ocho miembros de la empresa gala sólo están representados los empleadosmadrid. ¿Y si el viaducto de Millau pasa a manos españolas? Se preguntaban ayer los medios franceses. "La guerra está declarada", sentenció Le Monde. La compra del 30,7% de Eiffage, la tercera constructora francesa, por la española Sacyr Vallehermoso resucitó ayer los más enconados sentimientos nacionalistas en el país galo. La posición de la compañía ha estado clara desde que la empresa de Luis del Rivero empezara a comprar acciones en la francesa: combatir a muerte la entrada de Sacyr. Ayer, la dirección de Eiffage fue aún más lejos al calificar la llegada de la española como "una presencia extranjera hostil". "El Consejo de Administración se opone a la entrada de Sacyr", afirmó ayer una portavoz de la empresa gala en declaraciones a Europa Press. "No queremos una alianza con los españoles". Bloquear a los españolesDespués de haber alcanzado el 30,7% de las acciones de Eiffage, la intención de Sacyr es proponer la entrada de cuatro consejeros en la empresa francesa: el presidente, Luis del Rivero; el consejero delegado, Manuel Manrique; el director general, Vicente Benedito; y el financiero Juan Abelló. Esos nombramientos los propondrá el día 19 de abril en la junta general de accionistas que celebrará la empresa francesa.Pero la dirección de la constructora gala, pilotada por Jean-Francois Roverato, lanzó ayer un mensaje: utilizará la minoría de bloqueo, establecida en el 33,3% del capital, para impedir la entrada del grupo español en el consejo. Junto a él, afirmó, están los empleados, que poseen un 20,7% de la empresa, además de la Caisse des Dèpots, con un 3%. A ese porcentaje se suma el 3,5% que tiene la empresa en autocartera.A pesar de que el persidente de Eifage da por hecho el apoyo del financiero belga Albert Frère, que es el tercer accionista con un 6,1% del capital, este inversor aún no se ha pronunciado. En la junta general del día 19 también se votará la propuesta de Frère, que, como tercer accionista, ha pedido una representación en el consejo.Es muy probable que Luis del Rivero entre en contacto con este accionista, y con el resto de inversores institucionales, para recabar apoyos para su causa. De hecho, el presidente de Sacyr ha viajado constantemente a Francia durante la última semana manteniendo reuniones con el entorno de la empresa francesa.En Sacyr, mientras tanto, se declaran tranquilos. "Es muy difícil dirigir una empresa en contra del primer accionista eternamente", afirmó un portavoz de la constructora española en referencia al presidente de Eiffage, que es quien ha encabezado la oposición. "Además, los que tienen que decidir son los accionistas, no el presidente ni el consejo, y esa votación se conocerá el día 19, no antes", añadió el portavoz. En el consejo de administración de la empresa gala, que se compone actualmente de ocho miembros, está representada sólo una de la participación accionarial, la de los empleados, a través de Béatrice Brénéol. El resto son directivos de otras empresas, como el presidente de Soficot, el presidente honorario de Crédit du Nord, el de Fimalac, y un directivo de la petrolera Total, ninguno de los cuales tiene participación significativa en la empresa gala.Razones sin pesoPor tanto, con la ley en la mano, los franceses van a tener muy difícil bloquear la entrada de Sacyr. Otra de las razones que podrían alegar, como ya hiciera en España FCC con Acciona, es que Sacyr es un competidor de Eiffage. Pero lo cierto es que la constructora española no tiene prácticamente ningún negocio en Francia.Hace meses, compró a través de su filial Testa un edificio de oficinas en París, pero Eiffage no se dedica a ese negocio, sino que su actividad inmobiliaria es más bien residencial. Eiffage tampoco tiene ningún negocio en España.Para Sacyr, la entrada en la empresa gala es una manera de ampliar sus negocios fuera y beneficiarse de los resultados de Eiffage, que factura 8.433 millones de euros al año y en 2005 obtuvo un beneficio de 303 millones. Su intención no es "en ningún caso" lanzar una opa sobre la francesa, según ha declarado desde que empezó a interesarse por esta empresa. Sin embargo, el presidente de Eiffage no lo entiende así. "Hemos demostrado nuestra capacidad para crear valor en pocos años y no necesitamos a nadie para nada", delacraba el pasado mes de marzo a Le Monde. "Sé lo inconfortable que es la cohabitación con un socio hostil".