El 'banco malo' revisa a la baja su rentabilidad desde el 15 al 14% El banco malo o Sareb se propone vender 42.500 viviendas, casi la mitad de las heredadas de los bancos nacionalizados y con ayudas, en sus primeros cinco años de vida; y destinar parte al mercado de alquiler. Así figura en el nuevo plan de negocio aprobado ayer por el consejo de administración del vehículo, que actualiza el realizado en su día bajo la dirección de Álvarez & Marsal, con las cifras definitivas de los activos tóxicos recibidos -valorados en 50.449 millones de euros-. El primer plan, efectuado con datos preliminares de cierre de 2011 y que sirvió en la tarea de captación de los inversores privados, aspiraba a sacar una rentabilidad de entre el 14 y 15 por ciento con las ventas de inmuebles y cobro de créditos durante los 15 años de vida de la Sareb. El proyecto actualizado revisa ligeramente a la baja dicha previsión y fija un nuevo objetivo entre el 13 y 14 por ciento. El banco malo espera obtener las tres cuartas partes de los ingresos con la enajenación de los activos inmobiliarios y el resto por la vía de la gestión en el cobro de los préstamos. Con su aprobación da cumplimiento a la exigencia de un plan de negocio "robusto y creíble", impuesta por el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea, explicó la Sareb en un comunicado. Su formulación ha sido posible tras cerrarse la recepción de todos los activos de las nacionalizadas Bankia, CatalunyaBanc, NCG, Banco Gallego y Banco de Valencia, y de las receptoras de ayuda (Liberbank, BMN, Caja España-Duero, y Caja3) y tras la auditoría de los activos encargada recientemente a un concorcio compuesto por 13 firmas independientes. El consejo de la Sareb aprobó también medidas para evitar colusiones de intereses entre su cometido y los bancos accionistas. Los consejeros de los bancos no podrán pronunciarse ni tener acceso a la información de operaciones donde se vean afectados por un conflicto de interés.