Fernández de Sousa reclamó a los accionistas ir a una nueva ampliación de capitalEl presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, vivirá hoy el consejo de administración más complicado desde que está al frente de la compañía. Damm, segundo accionista con el 6,2 por ciento del capital, está tratando de conseguir apoyos suficientes para destituirle al frente del grupo. Fernández de Sousa es el primer accionista con el 14,4 por ciento, pero tal y como informó elEconomista el pasado 7 de marzo, el presidente de Damm, Demetrio Carceller, está apurando todas sus bazas para ganar la batalla. Cuenta con respaldo del fondo luxemburgués Luxempart, que tiene otro 5,8 por ciento del capital, y podría contar ya con otros aliados en el máximo órgano de administración. En cualquier caso, si no logrará su cese en el consejo, la destitución del primer ejecutivo parece más que probable en la próxima junta de accionistas. Y es que la cervecera y el fondo suman en conjunto otro 10 por ciento de la compañía, aproximadamente, en bonos canjeables. Fuentes del entorno de Carceller han confirmado que el presidente de Damm desconocía la situación en la que se encontraba Pescanova y que, de hecho, la cervecera se llevó una sopresa cuando Fernández llegó al último consejo, el pasado 28 de febrero, anunciando que no se podían aprobar las cuentas y que era necesario una nueva ampliación de capital, algo a lo que la compañía catalana se negó en rotundo. Fue, posteriormente, ante la solicitud del preconcurso de acreedores, cuando Damm solicitó por escrito un consejo extraordinario para pedir nuevas explicaciones. El presidente se negó en un principio, pero al final, ante las investigaciones abiertas por la CNMV y la presión de sus socios, no le quedó más remedio que convocarlo el pasado martes por la tarde. ¿Un título con espinas? A la espera de lo que ocurra hoy, el naufragio de Pescanova en bolsa desde que anunciara preconcurso de acreedores el viernes pasado se ha comido ya 330 millones de euros de su capitalización bursátil. Sus títulos han pasado de ganar un 24 por ciento en el año a ceder un 58 por ciento y su cotización se ha desplomado desde los 17,4 a los 5,91 euros que marcó el martes, antes de ser suspendida por la CNMV. La acción siguió ayer sin cotizar, después de que el gigante de los congelados reconociera el martes discrepancias entre su contabilidad y las cifras de deuda bancaria. Pescanova acumula, en definitiva, un descenso del 66 por ciento en una semana de grandes volúmenes de contratación. Desde el 1 de marzo se han negociado una media de 4,6 millones de acciones, frente a la media de 3.232.968 y 394.297 acciones negociadas de media en los últimos tres y seis meses, respectivamente. Este desplome no ha dejado pillados a todos los inversores por igual, ya que según los datos de Bloomberg, el bróker del Sabadell estaba soltando papel de sus clientes un mes antes de que Pescanova no pudiera formular sus cuentas. Concretamente, se desprendió del 27 por ciento del volumen negociado, mientras que en las mismas fechas el bróker del banco Portugués de Investimento empezó a tomar posiciones en el valor -casi un 15 por ciento-. La marejada también ha dejado oportunidades para aquellos inversores que apostaran por la caída del valor. De hecho, según los últimos datos publicados por la CNMV, los bajistas se han triplicado en los últimos quince días. Las posiciones cortas -aquellas en las que el inversor toma prestados títulos para venderlos y recomprarlos a precios más bajos con la expectativa de que caiga y así ganar la diferencia- representan ahora el 0,77 por ciento del capital de Pescanova en bolsa.