E l pasado miércoles asistí al almuerzo-conferencia del presidente de Bankia en Forinvest. José Ignacio Goirigolzarri, que sorprendió a la audiencia al recomendar no comprar, de momento, acciones de Bankia, demostró la misma incomprensión hacia el sufrimiento de los damnificados de su banco que en la última junta general de accionistas. A una pregunta sobre qué pueden hacer los accionistas que compraron títulos a 3,30 euros o a 3,75, respondió sin responder que "lo que tenemos que hacer es mirar al futuro, porque lo pasado pasado está. Recrearse con el éxito o el fracaso no sirve para mucho". Hombre, recrearse lo que se dice recrearse no era precisamente lo que hacían los seis o siete jubilados damnificados que protestaban a la entrada, a los que Goiri no vio porque le hicieron pasar por la puerta de atrás. Dos horas después, me acerqué al edificio La Nau de la Universitat de València, donde unos 200 titulares de obligaciones subordinadas de Banco de Valencia se reunieron con Adicae, que tuvo que celebrar dos asambleas porque no cabía la gente. Obligaciones cuyos folletos las describían como depósitos con "imposición a plazo", según Adicae. El Frob les ha quitado el 85 por ciento del valor y ha transformado el 15 por ciento restante en bonos convertibles en acciones. Sin avisar. Los afectados se enteraron al consultar su cartilla. Era gente sencilla, pequeños ahorradores que jamás especularon, ancianos que habían planificado su retiro sin riesgos. Contaban sus dramas mientras buscaban ayuda. Por ejemplo, un matrimonio de jubilados que rescató sus 30.000 euros del fondo de pensiones y lo metió en el plazo fijo que les indicó su director. Les quedan 4.500 euros en bonos que no pueden tocar. O un hombre que representaba a su madre, de 83 años, "estafada, porque ella pensó que firmaba un plazo fijo". Sus 6.000 euros se han quedado en 900. Es el preludio de lo que veremos y oiremos el jueves en la junta del Banco de Valencia. Iturriaga, recién llegado hace 10 meses, sí demostró empatía con los afectados en la anterior junta. Veremos ahora, que el responsable es él.