La entidad cierra 2012 con una fuga de depósitos de más de 14.500 millonesEl grupo BFA-Bankia cerró el año pasado con las mayores pérdidas de la historia empresarial española, tal y como estaba previsto. La entidad nacionalizada acabó con unos números rojos operativos (antes de impuestos) de 25.038 millones de euros, es decir, cinco veces más que el ejercicio anterior. La cuenta de resultados se vio afectada por las elevadas provisiones para limpiar el balance de los activos inmobiliarios, que superaron los 26.000 millones. Después de las ventajas fiscales, la matriz de Bankia publicó unas pérdidas de 21.238 millones. El presidente, José Ignacio Goirigolzarri, aclaró que si se tienen en cuenta el canje de preferentes y subordinadas que se efectuará en los próximos meses, las pérdidas se quedan en 19.438 millones. Por la conversión de estos productos híbridos, el grupo conseguirá unas plusvalías de 1.800 millones tras las quitas aplicadas. Las pérdidas de Bankia de manera individual, por su parte, pasaron de los 3.000 millones a los 19.193 millones, en sintonía con las estimaciones anunciadas en noviembre. "A prueba de bombas" Goirigolzarri destacó que, tras este esfuerzo en saneamiento, la entidad es "sólida y solvente" y "que tiene una calidad a prueba de bombas". A su juicio, el reto es devolver la rentabilidad al grupo después de la limpieza realizada y tras haber estabilizado el negocio, además de ejecutar el plan de reestructuración impuesto por Bruselas a cambio de las ayudas públicas. En los últimos tres meses, Bankia consiguió mantener el volumen de depósitos, un logro que se produce después de la salida masiva de fondos tras la marcha del anterior equipo directivo y de la nacionalización. En el conjunto del año pasado, el saldo de recursos de los clientes (familias y empresas) de la entidad se redujo en más de 14.500 millones de euros, un 12,8 por ciento menos con respecto al cierre de 2011. A lo largo del ejercicio, además de la crisis interna, tuvo que competir en la llamada guerra del pasivo, lo que le supuso un coste adicional. Por los intereses pagados por encima de la regulación existente para evitar la fuga de dinero, Bankia tuvo que desembolsar al Fondo de Garantía 220 millones. El presidente destacó que tras la pérdida de clientes padecida entre los meses de mayo y septiembre ,ahora la captación y "atracción" de nuevos usuarios es "similar a 2011". Esta mejora se une a la buena posición de liquidez. Con los bonos garantizados obtenidos por el traspaso de activos al banco malo, tiene cubiertos el 90 por ciento de los vencimientos de la deuda. Dividendos, sin clarificar A partir de ahora, Bankia quiere partir de cero y volver a ganar dinero. Mantiene el objetivo de obtener unas ganancias de 800 millones este año. Para ser más eficiente, acelerará el proceso de recorte de plantilla y oficinas a doce meses, pero concentrará el mayor esfuerzo hasta mayo. Goirigolzarri es consciente del desafío, sobre todo en un entorno económico difícil y con margen tensionado por los bajos tipos de interés. El objetivo hasta 2015 es obtener una rentabilidad del 10 por ciento sobre recursos propios. Lo que todavía no tiene claro es cuándo podrá repartir dividendos.