El ajuste del 9,2% de la plantilla implicará el cierre de entre 500 y 800 sucursalesCaixabank ya ha cifrado el ajuste de personal que llevará a cabo en los próximos años. La dirección de la entidad comunicó ayer a los sindicatos el recorte de 3.002 trabajadores, para los que abrirá un proceso de negociación de dos meses para fijar las condiciones. El grupo catalán sostiene que este recorte, que afecta a un 9,2 por ciento de la plantilla, tiene el objetivo de adaptarse al nuevo entorno económico y mejorar la eficiencia tras la integración a mediados del ejercicio pasado de Banca Cívica y la próxima incorporación de Banco de Valencia. Esta última, no obstante, se absorberá tras los ajustes reclamados por Bruselas a cambio de las ayudas públicas. En la actualidad Caixabank cuenta con 32.625 empleados, cifra que aumentará a 33.500 una vez materialice la adquisición de Banco de Valencia, que acaba de cerrar un acuerdo para poner en marcha un ERE para casi 800 trabajadores. El proceso de reducción de personal llevará aparejado el cierre de oficinas. De momento no hay números concretos, pero fuentes financieras calculan que rondarán entre las 500 y las 800, teniendo en cuenta que Caixabank pretende disponer de poco menos de 6.000 sucursales en este contexto económico y del sector en nuestro país. Sin medidas traumáticas La intención de la entidad que preside Isidro Fainé es llevar a cabo un ajuste sin medidas traumáticas, es decir, prejubilaciones y bajas incentivadas. Se prevé que las condiciones sean mejores que la reforma laboral, tal y como ha ocurrido finalmente en los grupos nacionalizados, como Banco de Valencia. Por tanto, ofrecerá más de los 20 días por año trabajado con un tope de doce meses que establece la normativa. Los sindicatos están decididos a negociar las condiciones y advierten de que en ningún caso aceptarán medidas forzosas para llevar a cabo el ajuste. La central mayoritaria, CCOO, calificó además el número de afectados como excesivo. Fuentes del mismo sostienen que en la entidad existen poco más de 2.000 trabajadores que podrían acogerse a las prejubilaciones a partir de los 55 años y hasta los 58. En un comunicado, Caixabank asegura que "como en procesos similares, la entidad mantiene la voluntad negociadora y la disposición de diálogo abierto y continuo con la representación laboral de los trabajadores". Fainé ya indicó a principios de febrero, en la presentación de resultados de 2012, que cualquier ajuste se llevaría a cabo, predominantemente, con prejubilaciones y bajas incentivadas. Caixabank ha sido históricamente la entidad con más volumen de plantilla y número de oficinas. Tras las adquisiciones realizadas, en las que se incluyen también Caixa Girona y Bankpime durante la crisis -estas de menor tamaño-, la dimensión ha aumentado sustancialmente. De ahí la necesidad de un ajuste para adecuar su estructura a los nuevos tiempos, en los que es necesario un ahorro de costes ante la bajada de la actividad. La entidad aún no ha anunciado el importe de sinergias que pretende conseguir.